El acumulado enero - noviembre terminó nuevamente con los números en
rojo y alcanzó una merma de 17,8%. Desde el INV estimaron que la
disminución anual rondará el 15% para 2013. Se acentuó la tendencia y se
desploman los envíos de vinos a granel y mostos en valor y en volumen.
Probablemente, a principio de año, cuando se realizaron las estimaciones de trabajo sobre 2013, nadie vaticinó ganar espacios en nuevos mercados pero tampoco nadie vislumbraba una caída tan importante para las exportaciones argentinas de vino.
Es que nuevamente el tablero de los envíos al exterior muestra todos sus números en rojo para el acumulado enero - noviembre y sólo restando contabilizar lo sucedido en diciembre, el cuadro de situación refleja una tendencia prácticamente irreversible.
Los datos son elocuentes: entre enero y noviembre de 2013 las exportaciones cayeron en general para todos los productos vitivinícolas 17,2% en volumen, mientras que para el total de vino se desplomaron 17,8%. En tanto, desglosados los fraccionados perdieron 3,6%, según datos de Caucasia Wine Thinking.
Para graficar, los envíos en botella cayeron 1,6%, vinos fraccionados en tetra brik 20,8% y en otros envases (bag in box, etc.) 17,5%. Si analizamos el granel volvió nuevamente a caer, bajó 35,9%, y los espumantes mostraron una caída del 12,6%.
Si nos concentramos en sólo los embotellados en volumen, Argentina pasó de tener crecimiento en la mayoría de sus mercados, a caer en 7 de los 10 destinos más importantes.
Así registraron desempeños negativos: Canadá 6,9%, Brasil 13,1%, Países Bajos 0,3%, China 6,3%, Suiza 3,2%, Suecia 3% y Japón 1,2%. Los únicos que crecieron fueron: Estados Unidos (5,6%), Reino Unido (2,7%) y México (12,3%).
Presión a la baja
El escenario es complejo y mercados en los que se pensaba recuperar espacio no cumplieron con el objetivo. De hecho, varios exportadores aseguran que "cambian dinero" sólo para mantener la plaza, mientras que en el medio las pequeñas bodegas sin escala ya abandonaron la odisea de enviar botellas al exterior.
"En cuanto a las exportaciones el desempeño está muy atado a lo que fueron las expectativas respecto del tipo de cambio. El segundo semestre mejoró notablemente si tenemos en cuenta que al inicio del año la caída de las exportaciones era de 30%. En el año esperamos una caída de 15% dado que el granel a Estados Unidos y los fraccionados a Paraguay, Canadá y Brasil no revirtieron la tendencia original, es decir, no alcanzó la modificación del tipo de cambio para que se pudieran realizar mayores ventas", señaló el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Guillermo García.
Para García, la caída en el principal mercado de cercanía de Argentina, Brasil, es consecuencia de los acuerdos entre los productores brasileños y los canales de venta, que hicieron que todos los países perdieran ventas, a lo que se sumó la caída del consumo por las normas alcohol cero.
Los representantes de las entidades gremiales se mostraron muy preocupados por las consecuencias tanto directas como indirectas de dejar de sacar vino al exterior.
Para Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, la situación es grave. "Esto que vemos es la consecuencia de la pérdida de competitividad y el año va a cerrar igual", dijo Pina.
Y agregó: "Lo más grave de esto no es que se han caído las exportaciones, sino que ese 25% que destinábamos para fraccionar y vender al exterior nos ayudaba a tener buenos precios en el mercado de vinos. Primero crecimos a tasas de dos dígitos, luego de un dígito y ahora ya tenemos tasas negativas", sintetizó el dirigente.
La presidente electa de Coviar, Hilda Wilhelm, admitió que el escenario se ha tornado complejo y destacó que en la reunión que se mantuvo con el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, se solicitó el subsidio de fletes para poder sacar al exterior vinos a granel. "Esto nos permitiría de manera rápida descomprimir los stocks, ya que el comportamiento del precio del vino es extremadamente sensible", indicó.
Para Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, la caída está dada, entre otros factores, por la pérdida de competitividad y señaló que durante la reunión con Casamiquela le plantearon un posible esquema de sustitución de retenciones por inversiones, que podría funcionar para la industria vitivinícola como un aliciente a la situación que hoy se atraviesa.
Devaluación y alza de costos
Con el aumento del ritmo de la devaluación del peso tras las elecciones de octubre, parecería que la industria del vino podría tener un respiro, sin embargo, el alza de los costo se está comiendo la bocanada de aire fresco por la que abogaron desde el sector en los últimos dos años.
Villanueva afirmó que se podrían recuperar algunos puntos en la pérdida de competitividad con la aceleración en la devaluación, no obstante, sostuvo que "este problema lleva dos o tres años y la recuperación no va ser muy sencilla. En 2012, la inflación rondó entre el 20% y el 22% y la devaluación estuvo en el 14%, la diferencia la tuvo que absorber la industria. Ahora, es cierto que la aceleración del tipo de cambio genera una expectativa positiva".
El gerente de Bodegas de Argentina aseguró que sin detener el alza de los costos, la devaluación no traerá un alivio y sostuvo que "no se gana nada si continúa el terrible incremento de costos que tenemos. Estamos esperando algún cambio, como que nos saquen las retenciones o que los reintegros se agilicen", indicó.
Fuente: María Soledad Gonzalez - sgonzalez@losandes.com.ar
Probablemente, a principio de año, cuando se realizaron las estimaciones de trabajo sobre 2013, nadie vaticinó ganar espacios en nuevos mercados pero tampoco nadie vislumbraba una caída tan importante para las exportaciones argentinas de vino.
Es que nuevamente el tablero de los envíos al exterior muestra todos sus números en rojo para el acumulado enero - noviembre y sólo restando contabilizar lo sucedido en diciembre, el cuadro de situación refleja una tendencia prácticamente irreversible.
Los datos son elocuentes: entre enero y noviembre de 2013 las exportaciones cayeron en general para todos los productos vitivinícolas 17,2% en volumen, mientras que para el total de vino se desplomaron 17,8%. En tanto, desglosados los fraccionados perdieron 3,6%, según datos de Caucasia Wine Thinking.
Para graficar, los envíos en botella cayeron 1,6%, vinos fraccionados en tetra brik 20,8% y en otros envases (bag in box, etc.) 17,5%. Si analizamos el granel volvió nuevamente a caer, bajó 35,9%, y los espumantes mostraron una caída del 12,6%.
Si nos concentramos en sólo los embotellados en volumen, Argentina pasó de tener crecimiento en la mayoría de sus mercados, a caer en 7 de los 10 destinos más importantes.
Así registraron desempeños negativos: Canadá 6,9%, Brasil 13,1%, Países Bajos 0,3%, China 6,3%, Suiza 3,2%, Suecia 3% y Japón 1,2%. Los únicos que crecieron fueron: Estados Unidos (5,6%), Reino Unido (2,7%) y México (12,3%).
Presión a la baja
El escenario es complejo y mercados en los que se pensaba recuperar espacio no cumplieron con el objetivo. De hecho, varios exportadores aseguran que "cambian dinero" sólo para mantener la plaza, mientras que en el medio las pequeñas bodegas sin escala ya abandonaron la odisea de enviar botellas al exterior.
"En cuanto a las exportaciones el desempeño está muy atado a lo que fueron las expectativas respecto del tipo de cambio. El segundo semestre mejoró notablemente si tenemos en cuenta que al inicio del año la caída de las exportaciones era de 30%. En el año esperamos una caída de 15% dado que el granel a Estados Unidos y los fraccionados a Paraguay, Canadá y Brasil no revirtieron la tendencia original, es decir, no alcanzó la modificación del tipo de cambio para que se pudieran realizar mayores ventas", señaló el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Guillermo García.
Para García, la caída en el principal mercado de cercanía de Argentina, Brasil, es consecuencia de los acuerdos entre los productores brasileños y los canales de venta, que hicieron que todos los países perdieran ventas, a lo que se sumó la caída del consumo por las normas alcohol cero.
Los representantes de las entidades gremiales se mostraron muy preocupados por las consecuencias tanto directas como indirectas de dejar de sacar vino al exterior.
Para Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, la situación es grave. "Esto que vemos es la consecuencia de la pérdida de competitividad y el año va a cerrar igual", dijo Pina.
Y agregó: "Lo más grave de esto no es que se han caído las exportaciones, sino que ese 25% que destinábamos para fraccionar y vender al exterior nos ayudaba a tener buenos precios en el mercado de vinos. Primero crecimos a tasas de dos dígitos, luego de un dígito y ahora ya tenemos tasas negativas", sintetizó el dirigente.
La presidente electa de Coviar, Hilda Wilhelm, admitió que el escenario se ha tornado complejo y destacó que en la reunión que se mantuvo con el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, se solicitó el subsidio de fletes para poder sacar al exterior vinos a granel. "Esto nos permitiría de manera rápida descomprimir los stocks, ya que el comportamiento del precio del vino es extremadamente sensible", indicó.
Para Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, la caída está dada, entre otros factores, por la pérdida de competitividad y señaló que durante la reunión con Casamiquela le plantearon un posible esquema de sustitución de retenciones por inversiones, que podría funcionar para la industria vitivinícola como un aliciente a la situación que hoy se atraviesa.
Devaluación y alza de costos
Con el aumento del ritmo de la devaluación del peso tras las elecciones de octubre, parecería que la industria del vino podría tener un respiro, sin embargo, el alza de los costo se está comiendo la bocanada de aire fresco por la que abogaron desde el sector en los últimos dos años.
Villanueva afirmó que se podrían recuperar algunos puntos en la pérdida de competitividad con la aceleración en la devaluación, no obstante, sostuvo que "este problema lleva dos o tres años y la recuperación no va ser muy sencilla. En 2012, la inflación rondó entre el 20% y el 22% y la devaluación estuvo en el 14%, la diferencia la tuvo que absorber la industria. Ahora, es cierto que la aceleración del tipo de cambio genera una expectativa positiva".
El gerente de Bodegas de Argentina aseguró que sin detener el alza de los costos, la devaluación no traerá un alivio y sostuvo que "no se gana nada si continúa el terrible incremento de costos que tenemos. Estamos esperando algún cambio, como que nos saquen las retenciones o que los reintegros se agilicen", indicó.
Fuente: María Soledad Gonzalez - sgonzalez@losandes.com.ar
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