jueves, 31 de mayo de 2012

El Comercio Justo busca su lugar entre las bodegas argentinas

El fuerte desarrollo que la vitivinicultura argentina logró en los últimos veinte años, impulsó a muchas bodegas a comprometerse con el medio ambiente y las buenas prácticas laborales. Aunque aun son pocas, cada vez más empresas se adhieren a las normas de Comercio Justo, que crece en popularidad a nivel mundial y que el 12 de Mayo celebró su Día.

En 1997 se crearon las normas FLO (Fairtrade Labelling Organizations International), que establecen una serie de requisitos de Comercio Justo a nivel internacional. Aquellos productos elaborados bajo esas normativas, llevan consigo un sello que los identifica ante los consumidores. 

El modelo de trabajo FLO, asegura un salario digno y buenas condiciones laborales para los productores que intervienen en la elaboración. Además, la empresa adherida se compromete a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores a través de inversiones comunitarias. 

El movimiento Fair Trade opera actualmente en más de 60 países y muestra tendencias de expansión. Sin embargo, Gabriela Furlotti, directora de bodega Furlotti y experta en el tema, explicó que todavía falta mucho trabajo por hacer en la vitivinicultura nacional. "El comercio justo en Argentina es algo nuevo. Solo somos productores de bienes certificados pero estamos muy lejos de ser consumidores como los países europeos.  Mi esperanza es que en un futuro seamos consumidores más conscientes pero no solo de comercio justo, sino también de productos orgánicos o amigables con el medio ambiente", comentó.  

La experiencia de Furlotti y Viñasol

En los años 2005 y 2006, Bodega Furlotti, compró uva de socios de Viñasol (Viñas de la Solidaridad) y elaboró vino, a la espera de la certificación para venderlo con sello. A partir del año 2009, otras bodegas e importadoras con la misma certificación, también comenzaron a comprar uvas a esta organización.

Viñasol consta de un grupo de pequeños productores, entre ellos contratistas, que trabajan para rescatar a pequeñas fincas que se encuentran amenazadas por la escasa rentabilidad del cultivo y la expansión de proyectos inmobiliarios. 

Según estadísticas del INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura), el desarrollo empresarial de la actividad vitivinícola produjo importantes disminuciones en la superficie cultivada de fincas de menos de 10 hectáreas, de 10.161 unidades en el año 1998 a 6.492 en el 2002. "Esto no ocurrió en Viñasol que creció desde su fundación en 2005, con aproximadamente 7 fincas y 60 hectáreas, hasta el 2011, llegando a 17 fincas y más de 126 hectáreas", contó Furlotti.

La asociación está integrada actualmente por 25 miembros, de los cuales 8 son contratistas, ubicados en los departamentos de Lujan, Maipú, Junín y San Carlos, de la provincia de Mendoza, con viñedos de una antigüedad promedio de 60 años.  

"El Comercio Justo representa una alternativa al comercio convencional. Permite a los productores de uva recibir un trato más justo y condiciones comerciales más provechosas. De esta manera mejoran sus condiciones de vida y pueden hacer planes a futuro. Para los consumidores es una manera eficaz de reducir la injustica", explicó la empresaria, que también es hotelera.

Mejores precios por "comerciar justo"

Las ventas de uva bajo la marca Comercio Justo es uno de los objetivos del proyecto de Viñasol. Con la colaboración de las bodegas, el volumen se ha ido incrementando desde el 2006 a la fecha. Mucho ayudó la incorporación a la sociedad de Bodega La Rural, Mendoza Vineyards y Trivento, en 2009. Así, en 2005 Viñasol vendió 70.000 kilos de uva, mientras que en 2011 se alcanzaron los 215.000 kilos.

Otro aspecto a analizar en cuanto a la expansión, es el del recurso monetario. En este sentido se dio hace tres años un cambio de reglas que favoreció considerablemente el desarrollo de Viñedos de la Solidaridad y del grupo de productores que lo conforman.

Hasta 2008, la Fairtrade Labelling Organizations International (FLO) pagaba una prima de € 0,035 por botella exportada. Esto le permitía a Viñasol tener ingresos totales de € 6.900 totales, considerando también las cuotas de $5 por mes pagadas por los socios. 

Desde 2009, la organización internacional comenzó a pagar una prima por kilo de uva vendido a las bodegas y no por botella exportada. Esto le permitió a Viñedos de la Solidaridad aumentar su recaudación a  € 13.650 en 2010. En la temporada 2011 se vendieron menos uvas, por lo que se obtuvieron € 10.750. Estas ganancias, fueron re invertidas en proyectos comunitarios, como dicta la norma FLO. 

Los pioneros
 
Si bien no son muchas las bodegas que trabajan bajo el concepto de Fair Trade, algunas grandes empresas han tomado la iniciativa. 

Una empresa que da el ejemplo, es Cooperativa La Riojana, consideraba la primera bodega de Argentina en trabajar su producción Fair Trade. Con los fondos obtenidos por Comercio Justo, La Riojana construyó entre otras obras una Escuela Aerotécnica, que fue donada a la Universidad Nacional de Chilecito. Las clases comenzaron en 2010.

Se destaca en el departamento de San Carlos, Mendoza, el caso de Finca La Celia, que desde 2011 también opera bajo las normas de Comercio Justo. Al ser productora de uvas certificadas, la bodega recibe la prima correspondiente que luego destina a obras solidarias. 

Para lograr proyectos eficientes, la bodega acepta las propias sugerencias de los productores. Se realizan asambleas generales donde se seleccionan las acciones de mejora social en las cuales se va a invertir el dinero. 

Apuesta por la sustentabilidad

Muy ligado al Fair Trade, que hace foco principalmente en las prácticas laborales, se encuentran las acciones sostenibles, que procuran la protección del medio ambiente. 

El pasado martes, se llevó cabo una nueva reunión de la Comisión de Sostenibilidad en Bodega Trapiche. En la ocasión se presentó el proyecto "REiniciemos el CICLO", una campaña de reciclaje de botellas.

La misma es organizada por Bodegas de Argentina. Durante todo el mes de junio (mes del medio ambiente), se colocarán puntos de acopio de botellas en bocas de supermercados para ser posteriormente recicladas. Los fondos recaudados en el reciclaje, serán donados a la Fundación Htal. Humberto Notti, logrando de esta manera una acción con beneficios ambientales y sociales.

La acción se realizará durante todo el mes de Junio, tomando provecho que el día 5, se conmemora el "Día Mundial del Medio Ambiente"

Fuente: Area del Vino

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