El panorama no parece alentador y las señales de alerta que muestran ciertos sectores de la economía han retraído las ventas de propiedades rurales, en especial, fincas para desarrollos vitivinícolas y bodegas.
Uno de los principales problemas es el control fuerte sobre la compra y venta de divisas. En este sentido, varios actores del negocio explicaron que la mayoría de las fincas se vende en dólares y los vendedores no quieren negociar este aspecto, lo que genera un problema a la hora de concretar operaciones.
“En los últimos tiempos se
percibe una retracción en la demanda de este tipo propiedades
vitícolas, dados los importantes incrementos en los costos de los
insumos de producción y las difíciles condiciones fiscales.
Esto lleva a tener que prever una rigurosa ingeniería de costos para
lograr un equilibrio que permita una explotación rentable. Es condición
excluyente que los precios de las propiedades no estén por encima de
este punto de equilibrio”, sostuvo Manuel Otero, bodeguero y dueño de
Otero inmobiliaria.
“Si analizamos -continuó- a
la explotación rural para producción vitícola, debemos tener en cuenta
que se mantiene la preferencia por adquirir en las áreas más
calificadas, aquellas donde pueden lograrse productos de alta calidad
como: Luján, Maipú y los sectores altos del Valle de Uco”.
Consultado sobre el tema, el presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Mendoza, Santiago Debé indicó que “lo que
sucede hoy con el tema del cepo cambiario genera problemas para la
venta de inmuebles rurales porque las fincas se cotizan en dólares.
La propiedad urbana se puede vender en pesos pero cuando hablamos de
una finca, la operación es en dólares. El que no cuenta con dólares
tiene un gravísimo problema para adquirirlos y si quiere comprar una
propiedad rural, se le pide el equivalente en pesos cotizado en el
mercado informal del dólar, lo que reciente la compra.
Debé aseguró que este tipo de políticas ahuyenta a los inversores que quieren poner su dinero en la provincia.
“En los últimos 15 años, muchas personas han invertido en la provincia,
pero con esta situación, los inversores no quieren continuar”,
concluyó.
“La implementación de políticas oficiales que obran en desmedro del crecimiento es la principal materia de preocupación. La
restricción a la adquisición de moneda extranjera y la creciente
intervención del estado en la adquisición de bienes son los mayores
contratiempos que hoy sufre el mercado inmobiliario. Estos
controles generan un problema fundamental. Pero existen otros, basados
principalmente en políticas recesivas que dificultan la fluidez de las
transacciones en un mercado sano”, dijo Otero.
En
este aspecto, varias fuentes consultadas mostraron su preocupación ante
la reglamentación de la denominada “Ley de Tierras”, por la cual se
limita al 15% del territorio nacional la venta a extranjeros. A
esto se suma el hecho de que las provincias deberán informar en 60 días
la totalidad de los predios de titularidad de personas físicas o
jurídicas extranjeras, lo que genera mucha preocupación en los inversores, quienes prefieren poner su dinero en otro lugar.
“El análisis general no es bueno, hay mucha oferta y poca demanda.
Los años buenos de inversiones extranjeras quedaron atrás por la falta
de seguridad jurídica y por los altos valores de las propiedades en
zonas de alto rendimiento y buena ubicación. Esto hace que muchos de los inversionistas extranjeros que apostaron a Mendoza hoy quieran retirarse y vender.
Por supuesto, también tenemos al inversionista local o nacional
interesado, quien busca más una oportunidad de negocio con un interés
genuino por dedicarse al agro”, sostuvo Fernando Seidel, de Fernando
Seidel & Asoc. Propiedades Rurales.
Además,
agregó que “los valores cambian debido a la ubicación de la propiedad.
Hay zonas que han subido mucho sus valores, como Valle de Uco o Luján y
otras que se han mantenido estables. Hoy, el problema más grande es que
los inmuebles están dolarizados y como existe mucha expectativa por lo
que va a pasar con el valor del tipo de cambio y las restricciones que
el gobierno ha impuesto sobre este tema, hay especulación y se genera mucha incertidumbre tanto para el comprador como para el vendedor”.
Patrick Kinnersly, del departamento de propiedades rurales de Contacto, aseguró que “hay varios factores como inflación, sobre costos y la relación peso - dólar que hacen que el mercado esté algo complicado
hoy. Sin embargo, hay inversores que eligen Mendoza por sus terrenos
fértiles, aguas puras y un clima de primera que favorece la producción”.
No obstante, aseguró que los inversores buscan oportunidades y no quieren pagar locuras las propiedades. “El factor fundamental es la situación del vendedor y su necesidad o ganas de vender. Los compradores buscan oportunidades y son pocos los que están dispuestos a pagar precios afectados por la inflación”.
*Esta nota fue publicada en el suplemento Fincas de Diario Los Andes.
Falta crédito
La
incapacidad para acceder al crédito o lograrlo con tasas de interés muy
altas, es un tema recurrente en el mercado inmobiliario, que tiende a
moverse con recursos propios de los compradores, lo que complica aún más
el escenario.
“La falta de
acceso al crédito es el problema más importante que atraviesa la
actividad. En toda economía organizada y que tenga expectativas de
crecimiento, el componente del crédito es, probablemente, la herramienta
más importante para motorizar la posibilidad de adquisición de bienes.
Nuestro país, a diferencia de lo que ocurre en todo el mundo, lleva diez
años resignando esta posibilidad. Un país que no tiene un sistema de
ahorro, difícilmente pueda acceder al crédito”, dijo Otero.
“Los
precios -agregó- se mantienen estables, principalmente por las
situaciones ya mencionadas y la incertidumbre que se genera dadas las
fluctuaciones de distintas variables que rigen a los mercados. La
actividad quiere crecer, pero ciertas condiciones no están fundadas
sobre un basamento sólido que permita la proyección a futuro con reglas
fiscales claras”.
Fuente. Area del Vino
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