viernes, 2 de diciembre de 2011

Obama autorizó matar caballos para consumo humano

Después de seis años, en Estados Unidos volvió a ser legal matar caballos para consumo humano, aunque el 70% de los norteamericanos dice rechazar esa matanza. Pero surge una pregunta ¿Por qué matar vacas está bien y matar caballos no?

En un esfuerzo conjunto de Republicanos y Demócratas, el 18 de noviembre, cuando Estados Unidos celebraba el Día de Acción de Gracias, el presidente Barack Obama firmó una ley que permite a los estadounidenses matar y comer caballos. Así, mientras un pavo era indultado en presencia de las cámaras de televisión del mundo entero, en las sombras millones de caballos fueron condenados a muerte. Pero esta es sólo una manera de verlo: se levantó, en realidad, una medida que en 2004 había cerrado los mataderos de caballos y la agencia oficial que controlaba la sanidad de estos establecimientos. Ahora volvió a ser legal faenar caballos para consumo humano en todo EEUU.

El tema es bastante sensible para un país donde el 70% de la población dice estar en contra de matar caballos. Sin embargo, durante los seis años de prohibición, 140.000 caballos estadounidenses se enviaron vivos cada año a México y Canadá con el mismo destino: carne para consumo humano. Los argumentos esgrimidos apelan a la crueldad hacia los animales, a la contaminación que provoca el matadero en la comunidad y a financiar esta actividad con los impuestos de los contribuyentes. Pero la verdad es que a la mayoría de los estadounidenses le repugna la idea de comer carne de caballo, un alimento codiciado en algunas ciudades europeas y asiáticas.

En la Argentina, sin ir más lejos, desde 1995 hay una ley que regula la faena y en 2010 se exportaron 23.880 toneladas de carne equina, generando más de US$75 millones, según el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina (Senasa) informó a BBC Mundo.

Si se trata de una cuestión de maltrato a los animales, ¿por qué comemos terneritos de semanas de vida, o el cordero mamón o lechal (el que todavía no ha comido pasto y se alimenta solo de leche materna) y los pollos pequeños que hasta ayer eran los tiernos pollitos bebé? Ni Argentina ni EEUU cuestiona ni la producción ni el consumo de carne vacuna ni de otros animales de granja.

En alguno de los tantos foros donde se encendió el debate sobre el consumo de carne de caballo, un comentarista agregó:
“Los que no se oponen a la venta de carne de caballo son los que tienen la mente abierta en cuestión de gustos. La estrechez mental viene de aquellos que piensan que nuestros gustos y preferencias de alguna manera son lo mejor de una vez y para siempre. Las opciones de comida para un grupo de personas –no sólo en este país, sino en cualquier parte del mundo– así como nuestros propios estándares (la carne vacuna es buena, la carne de perro es mala, la carne de cerdo es buena, comer insectos es malo, etc.)– se formaron hace mucho tiempo por factores económicos y fuerzas ambientales que en el mundo actual no tienen relevancia… gracias a que existen cosas como la refrigeración y el transporte aéreo. Marvin Harris debería ser lectura obligatoria en la escuela secundaria”.
Josho, el comentarista, se refiere a Bueno para comer. Enigmas de alimentación y cultura (Good to Eat: Riddles of Food and Culture), un libro de 1985 en el que el antropólogo Marvin Harris muestra cómo los alimentos preferidos (buenos para comer) son aquellos que presentan una relación de costo y beneficio práctico más favorable que los alimentos que una sociedad evita, y transforma en tabú.
Para Harris, el origen de estas normas dietarias se basa principalmente en:
  • La disponibilidad de recursos ambientales susceptibles de ser alimentos en relación a las herramientas tecnológicas disponibles,
  • La escasez o abundancia de combustibles con que costear los mismos y
  • Las transformaciones ambientales que han sufrido los ecosistemas en donde se desarrolla tal o cual cultura o sociedad.
Harris le dedica un capítulo entero a la hipofagia: la costumbre de comer carne de caballo
¿Por qué no comen carne de caballo los norteamericanos? ¿No les gusta la carne roja? Pues la de caballo lo es todavía más que la de vacuno. También es más dulce que aquélla, pero ¿puede eso interesarle a gentes que inundan solomillos y chuletones con salsas dulzonas como el ketchup y la steak sauce? En cuanto a su textura, posee una ventaja peculiar. Aunque los caballos nunca se han criado por la calidad de su carne, ésta es tierna no sólo cuando son aún potros, sino también en la madurez. Además, es magra, sin vetas de grasa.
Ya en las cavernas

El consumo humano de carne de caballo es muy antiguo: se han encontrado huesos de caballo en excavaciones realizadas en cuevas de la Edad de Piedra, lo que prueba que en este periodo eran un alimento. A raíz de un cambio climático en Europa, las llanuras y los pastos se expandieron y la carne de caballo se puso a disposición de los pueblos que montaban a caballo como los mongoles y los hunos. Los caballos fueron poco a poco dejando su lugar como alimento debido a que era más fácil sacrificar a un cerdo, siendo además el caballo útil como medio de transporte más que como alimento. Los romanos de acuerdo con las fuentes no comían caballos, que eran empleados como medio de transporte y como medio logístico de las batallas, así como soporte para la caballería. Así transitó los siglos, y llegó al Viejo Oeste estadounidense, convertido en un héroe más de la independencia.

Con Bueno para comer, Harris también le respondía a su colega Claude Lévi-Strauss, que ponía el énfasis en lo simbólico: “Sostengo que el hecho de que (los alimentos) sean buenos o malos para pensar depende de que sean buenos o malos para comer. La comida debe nutrir el estómago colectivo antes de poder alimentar la mente colectiva. (…) No pongo en duda la fuerza simbólica. Lo que pongo en duda es el hecho de dotar de carga simbólica a una clase peculiar de animales y a que una clase peculiar de carne sea fruto de una elección mental caprichosa, más que de un conjunto definido de condicionamientos prácticos. La religión ha influido en las costumbres dietéticas de la India, pero éstas han influido todavía más sobre la religión.

¿Cuál es tu opinión sobre este tema? ¿Está bien comer carne de caballo? Si te parece que está mal pero comés carne de vaca ¿Por qué te parece que está bien comer vacas? Usá los comentarios, opiná.

Fuente: cukmi.com

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