Estiman que más de 10 firmas han sufrido graves daños en sus cultivos y que hay unos 400 empleos que corren peligro.
"Al patrón, la piedra le llevó el 100% de la producción
y ahora es probable que nos quedemos sin trabajo, porque no tenemos
nada para hacer en la viña", razonaba María Cristina Gauna, obrera rural
de Los Barriales, mientras hacía cola para pedir alguna ayuda al
municipio de Junín. Luego de la feroz tormenta granicera del domingo, la
situación de Gauna es la misma que atraviesan centenares de personas
que viven allí y también en Medrano y Rodríguez Peña, los zonas más
castigadas.
El cálculo que hace el municipio es que hay unas 3.000 hectáreas de cultivos con pérdidas superiores al 80% y otras 3.000 más, cuyos daños van del 30 al 70%. Hay una decena de firmas importantes con graves daños en sus cultivos y más de 450 pequeños productores afectados.
Jacinto Romero, director de Promoción Económica de Junín, comentó que a partir de hoy y durante los próximos diez días, los productores pueden hacer las denuncias por daños y el gobierno realizará luego la tasación de las pérdidas, trámite fundamental para iniciar gestiones por cualquier tipo de ayuda.
"Es difícil por el momento establecer cuántas fuentes de trabajo pueden perderse en las viñas, pero no son pocas", comentó Romero, aunque fuera de micrófono, en el entorno del intendente Mario Abed hablan de no menos de 400 puestos de trabajo en peligro, que son básicamente los de obreros de viña de la región; además y por tratarse de distritos rurales, las pérdidas en la producción afectan en mayor o menor medida a toda la actividad económica de la zona. Así, las pérdidas en los cultivos traerán como consecuencia que en la próxima cosecha se muevan en Junín entre 50 y 100 millones de pesos menos.
Valeria Rómoli, jefa del área de Acción Social estimó que las casas dañadas por la tormentas "son unas 1.200" y que el grado de afectación de las viviendas varía desde aquellas que tienen vidrios rotos a las que muestran techos dañados y tanques de agua perforados. Por ahora, la ayuda que puede dar el municipio se reduce a colchones y nylon, aunque Abed quiere comprar con dinero de la comuna los cerca de 80 tanques dañados "porque solucionar eso es fundamental para que la gente siga teniendo agua en sus casas".
Ayer, una comitiva municipal de funcionarios y concejales encabezada por el intendente Mario Abed viajó hasta Casa de Gobierno para tramitar ayuda. "Nos quieren dar una mano, el problema es que hemos caído en mal momento porque con esto del cambio de gobierno nadie sabe si sigue o si se va", comentó uno de los funcionarios y estimó que la ayuda para sostenimiento de los puestos de trabajo "va a demorar por lo menos un mes, porque primero hay que hacer la tasación de los daños".
Esa ayuda para mantener el empleo de los obreros rurales consiste en que la Nación paga una parte del sueldo del empleado, para evitar que lo suspendan o lo echen. "Claro que estamos hablando de empleo en blanco; para la gente que está en negro la situación es mucho más difícil", dijo un concejal de la comitiva.
Finalmente, el intendente Abed pretende que la Legislatura apruebe el pedido de emergencia que el lunes sancionó el Concejo Deliberante, una ley que le permitiría a los productores del departamento acceder a prórrogas en los pagos de Irrigación o subsidios para las chacras, entre otros beneficios.
Fuente: Diario Los Andes de Mendoza
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