Pese a que la plaga ha afectado grandes superficies en Maipú -algunos ingenieros agrónomos estiman que un 30% de los viñedos- él o los culpables de haber ingresado la voraz Lobesia Botrana a la provincia, siguen impunes.
El presidente del Iscamen, ingeniero Leandro Montané, admitió que la pista "no se rastreó debidamente en su momento", pero que hoy, por las características del lugar donde está la plaga, la hipótesis más fuerte es que llegó con tierra traída por las máquinas, porque en esa zona donde están las empresas que traen maquinaria de Francia, de Chile".
Otra hipótesis es que hubiera llegado en los plantines "pero es difícil porque por el ciclo de propagación que tiene la Lobesia. Vive en las plantas adultas, en los sarmientos del año y en zona de viveros es difícil que se propague. La última opción es que haya sido la uva en fresco, para mesa o para vinificar. No ingresa uva de Chile para vinificar a Mendoza y si hubiese sido uva en fresco de mesa habría aparecido en la ciudad, no en Maipú", dijo categórico Leandro Montané.
Lo curioso es que las máquinas no podrían, en teoría, ingresar con material orgánico por ninguna frontera, porque el Senasa, autoridad fronteriza, exige un certificado de limpieza de los equipos.
¿Por qué ingresa?
En 2008 ya se tenían noticias de Lobesia Botrana en Chile. En mayo del año pasado, en tanto, se conoció un rumor de detección del gusano en Mendoza. Esta versión fue corregida por Montané: "El año pasado se hizo una falsa alarma con un trampero no oficial. Una bodega de capitales europeos detectó algo que parecía ser Lobesia, se mandaron los ejemplares a analizar, pero se descartó que fuera esta especie".
El Iscamen detectó el primer foco en una finca de Maipú, que curiosamente no trabaja con cosecha mecánica.
Sobre quién recae la responsabilidad, no queda claro. "No me animo a decir que se relajaron los controles. Los profesionales privados quieren que seamos como Chile que controla y exige. Me parece bien el control en las barreras, pero a pesar de todo el control que ese país realiza también entró Lobesia. Estados Unidos, que es otro país muy estricto en controles sanitarios, también tiene Lobesia. Creo que es una plaga difícil de prevenir, como se dice normalmente, esto pasa en las mejores familias", enfatizó el ingeniero.
¿Cuál es la solución?
Al cierre de esta edición, los organismos de control - Senasa, Instituto Nacional de Semillas, Iscamen, INV, Sanidad Vegetal de San Juan- se reunían para ver los pasos a seguir con la Lobesia el año próximo. En lo inmediato, a los productores se les aconsejó no usar químicos, por los escasos períodos de carencia.
"Como primera medida hemos decidido no hacer tratamientos sanitarios sobre la producción. No hay productos autorizados para utilizar en vid con períodos de carencia adecuados y además no estamos muy seguros del impacto positivo del tratamiento, porque uno puede hacer un tratamiento en el cual mata algunos adultos y a la vez, afecta a la fauna benéfica. La idea es buscar métodos de reacción que no generen desequilibrio en los viñedos de Mendoza", comentó Montané.
El gusano produce el "corrimiento" de la vid y afecta la calidad de la uva. Además, se aconseja a los productores cosechar, que no queden racimos remanentes y tener cuidado en el movimiento de material de cosecha, cajas, tachos y tijeras de una finca a otra.
Montané dijo que si bien se tendrán en cuenta modelos adoptados contra la Lobesia por otros países como Francia o Chile éstos "no se pueden traspolar con los ojos cerrados, por cuestiones de biológicas particulares de cada lugar. Sin embargo, vamos a tomar el trabajo de Europa y Chile para ajustarlo a la situación local".
"La plaga ya es un desequilibrio. Si actuamos con químicos que no son los adecuados, vamos a generar otras plagas, como ácaros, arañuelas o más cochinilla. Tenemos que frenar el avance de Lobesia. Dentro de los químicos, buscaremos productos que son reguladores de crecimiento para la larva y productos biológicos y la confusión sexual, que será el eje de la estrategia", enfatizó el presidente del ISCAMEN.
CiclosEl gusano tiene tres y cuatro generaciones. La primera ataca las inflorescencias de la vid y produce un corrimiento. En la segunda generación, cuando el grano está verde, la polilla produce perforaciones y puede vaciar los granos. De esta manera, si afectó en esta etapa, puede provocar un menor rendimiento del viñedo. Si ataca en la tercera y cuarta generación, produce perforaciones que llevan a la podredumbre del racimo y la uva pierde sus propiedades organolépticas.
Una de las características que hacen tan peligroso a este gusano, es su poder de reproducción, ya que cada hembra puede poner entre 50 y 100 huevos Además, la mariposa tiene un gran poder de vuelo, lo que hace que pueda migrar fácilmente de un viñedo a otro, sumado a que puede adaptarse fácilmente a cualquier clima.
*Esta nota fue publicada en el suplemento FINCAS de Diario Los Andes.
Fuente: Area del Vino
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