La Champagne es la más septentrional y una de las más importantes regiones vinícolas de Francia, ya que produce el vino espumoso del mismo nombre (blanco o rosado), elaborado según el método tradicional de la región.
Esta localidad se encuentra situada a aproximadamente 200 Km. de Paris, son 34.000 hectáreas, de las cuales 31.000 están cultivadas. Sus vinos deben cumplir con condiciones ya establecidas para poder tener derecho a denominación de origen, como ser: * proceder de uvas de las variedades pinot noir, pinot meunier o chardonnay * hacer su segunda fermentación (según el methode champenoise), es decir que la espuma tiene que producirse dentro de la misma botella en la segunda fermentación.
Los vinos espumantes producidos en otras zonas, pueden tener una apariencia y sabor similar, donde ya todo depende del paladar que las pruebe, pero no pueden ser llamados Champagne.
De las variedades reguladas según denominación de origen la más conocida es el prosecco de Italia.
Ahora ya sin tener en cuenta la denominación de origen, esta variedad de vinos es conocida o denominada mousseux, y existen muy buenos productos provenientes del valle de Napa en California, de Alsace en Francia, cavas de España, del sur de Alemania, de Hungria como así también de Argentina y Chile.
El champagne debe consumirse cuando sale a la venta, sino pierde su frescor, con el paso del tiempo. En los últimos años la región de Champagne ha comercializado en un año una media de 245 millones de botellas, siendo Gran bretaña y Alemania los países importadores por excelencia, seguidos por Estados unidos, Suiza, Bélgica, Italia, etc.
Terroir - La calidad del terreno
La calidad de la tierra de la región es la que le otorga a sus cosechas esas cualidades tan especiales, pero lo mejor de la Champagne es poder madurar sus uvas a una temperatura media de 10ºC, ya que con un grado menos la uva no podría desarrollarse y completar su ciclo de maduración. El clima frió, equilibrado con la suavidad atlántica continental, con una humedad relativa constante y mantenida, son factores determinantes en la finura de estos vinos.
La mayor parte del champagne se elabora con una mezcla de vinos procedentes de diferentes viñedos, las dos variedades básicas de la Champagne son la pinot noir y la chardonnay, a estas se añade para los vinos de calidad la pinot meunier, pero el champagne , vino de mezcla por excelencia, se beneficia de la armonía conjunta de todas estas variedades de uva, ya que en su elaboración se debe aportar la finura y la delicadeza del chardonnay, la frutosidad y expresividad del pinot noir, sin olvidar al pinot meunier que lo ayudara a evolucionar y a madurar mas rapidamente.
Podemos comparar así al champagne como una orquesta, un tutti armonioso donde deben estar presentes todos los instrumentos en perfecto equilibrio.
Elaboración
La elaboración del champagne comienza por la fermentación de los vinos de cada una de las tres variedades clásicas antes mencionadas: * chardonnay * pinot noir * pinot meunier
Es muy importante que las vendimias sean sanas y bien seleccionadas, pero también la prensada debe ser rápida y medida. Con la primera presión deben obtenerse, por cada 4.000 kilos de vendimia unos 2.050 litros de mosto. Estos 20.5hl corresponden a la cuvée, dos prensadas posteriores son las que preemitirán obtener los 5 hl (hectolitros) restantes que reciben el nombre de premiéres y deuxiémes tailles.
Todo este mosto puede convertirse en champagne, pero las mejores marcas, solo utilizan la cuvée y las premiére.
Después de reposar unas horas, los mostos se decantan y realizan su fermentación alcohólica, las casas de prestigio utilizan cubas de acero inoxidable, para llevar a cabo dicha fermentación, donde se controla la temperatura de 17ºC, la cual asegura la conservación de los aromas.
Luego de la fermentación alcohólica, los vinos se someten a la fermentación maloláctica, donde se redondean y se suavizan, donde el clima de las instalaciones juega un papel muy importante en este proceso de desacidificación, y finalmente la clarificación y estabilización en frió baja aun mas la acidez.
Llega así el momento de la preparación de la cuvée, mezclando los vinos de los diferentes viñedos, de las diferentes variedades, y a comienzos de la primavera siguiente a la vendimia se procede al tirage, donde se añaden las levaduras y el licor azucarado, los cuales desencadenan una nueva fermentación (la segunda) en la botella, sometida a una presión de 6 atmósferas, los vinos se van enturbiando a medida que se alcanza este nivel de presión, que a su vez facilita la fermentación.
Bajo estas condiciones optimas de presión, ideales para el desarrollo fermentativo y autolisis final de las levaduras, los vinos deben permanecer bajo cavas subterráneas a una temperatura constante de 10ºC.
El reglamento de denominación de origen establece que las botellas deben permanecer un año como mínimo, en rima, pero este plazo es superado ampliamente por las firmas mas prestigiosas, ya que piden a sus vinos una crianza muy superior.
Algunos pueden permanecer en su silenciosa cuna durante 6 años, y el record esta establecido en 8 años de cava. El tiempo de crianza es decisivo para su calidad, ya que con los años el champagne asimila sus levaduras, se funde con el gas carbónico y de esta manera se desarrollan y originan los aminoácidos que son el origen de los mejores aromas.
Finalmente las botellas pasan a los pupitres donde serán removidas hasta quedar en punta, al ir girando las botellas, se van decantando los depósitos en el cuello de cada una de ellas. Una vez en punta, las botellas permanecen en las cavas subterráneas hasta que se degüellan, para eliminar así los sedimentos. Para rellenar ese pequeño vacío que se produce al descorchar la botella, se añaden más cantidad de champagne según el tipo de vino que se desee obtener: brut, extra seco, seco, semi seco o dulce.
El champagne dulce es el preferido por los zares, los americanos han impuesto la moda del seco y los ingleses prefieren el brut.
Se debe aclarar que el champagne se beneficia de una moderada adición de azúcar, pero la acidez se rebaja con un largo periodo de envejecimiento, por eso las marcas de prestigio necesitan un menor dosaje de azúcar.
A pesar de la denominación de origen, existe en el mercado un gran numero de champagnes (ademas de otros vinos espumantes). En particular, los champagnes pueden ser blancos, rosados, blanc de blancs (obtenido del chardonnay exclusivamente), blanc de noirs (de pinot noir, de meunier, o de las dos), con añada o sin ella, sin licor de expedición o con mas o menos licor, pero sin embargo cada plato de comida encuentra su acorde en un champagne de características diferentes.
Esta localidad se encuentra situada a aproximadamente 200 Km. de Paris, son 34.000 hectáreas, de las cuales 31.000 están cultivadas. Sus vinos deben cumplir con condiciones ya establecidas para poder tener derecho a denominación de origen, como ser: * proceder de uvas de las variedades pinot noir, pinot meunier o chardonnay * hacer su segunda fermentación (según el methode champenoise), es decir que la espuma tiene que producirse dentro de la misma botella en la segunda fermentación.
Los vinos espumantes producidos en otras zonas, pueden tener una apariencia y sabor similar, donde ya todo depende del paladar que las pruebe, pero no pueden ser llamados Champagne.
De las variedades reguladas según denominación de origen la más conocida es el prosecco de Italia.
Ahora ya sin tener en cuenta la denominación de origen, esta variedad de vinos es conocida o denominada mousseux, y existen muy buenos productos provenientes del valle de Napa en California, de Alsace en Francia, cavas de España, del sur de Alemania, de Hungria como así también de Argentina y Chile.
El champagne debe consumirse cuando sale a la venta, sino pierde su frescor, con el paso del tiempo. En los últimos años la región de Champagne ha comercializado en un año una media de 245 millones de botellas, siendo Gran bretaña y Alemania los países importadores por excelencia, seguidos por Estados unidos, Suiza, Bélgica, Italia, etc.
Terroir - La calidad del terreno
La calidad de la tierra de la región es la que le otorga a sus cosechas esas cualidades tan especiales, pero lo mejor de la Champagne es poder madurar sus uvas a una temperatura media de 10ºC, ya que con un grado menos la uva no podría desarrollarse y completar su ciclo de maduración. El clima frió, equilibrado con la suavidad atlántica continental, con una humedad relativa constante y mantenida, son factores determinantes en la finura de estos vinos.
La mayor parte del champagne se elabora con una mezcla de vinos procedentes de diferentes viñedos, las dos variedades básicas de la Champagne son la pinot noir y la chardonnay, a estas se añade para los vinos de calidad la pinot meunier, pero el champagne , vino de mezcla por excelencia, se beneficia de la armonía conjunta de todas estas variedades de uva, ya que en su elaboración se debe aportar la finura y la delicadeza del chardonnay, la frutosidad y expresividad del pinot noir, sin olvidar al pinot meunier que lo ayudara a evolucionar y a madurar mas rapidamente.
Podemos comparar así al champagne como una orquesta, un tutti armonioso donde deben estar presentes todos los instrumentos en perfecto equilibrio.
Elaboración
La elaboración del champagne comienza por la fermentación de los vinos de cada una de las tres variedades clásicas antes mencionadas: * chardonnay * pinot noir * pinot meunier
Es muy importante que las vendimias sean sanas y bien seleccionadas, pero también la prensada debe ser rápida y medida. Con la primera presión deben obtenerse, por cada 4.000 kilos de vendimia unos 2.050 litros de mosto. Estos 20.5hl corresponden a la cuvée, dos prensadas posteriores son las que preemitirán obtener los 5 hl (hectolitros) restantes que reciben el nombre de premiéres y deuxiémes tailles.
Todo este mosto puede convertirse en champagne, pero las mejores marcas, solo utilizan la cuvée y las premiére.
Después de reposar unas horas, los mostos se decantan y realizan su fermentación alcohólica, las casas de prestigio utilizan cubas de acero inoxidable, para llevar a cabo dicha fermentación, donde se controla la temperatura de 17ºC, la cual asegura la conservación de los aromas.
Luego de la fermentación alcohólica, los vinos se someten a la fermentación maloláctica, donde se redondean y se suavizan, donde el clima de las instalaciones juega un papel muy importante en este proceso de desacidificación, y finalmente la clarificación y estabilización en frió baja aun mas la acidez.
Llega así el momento de la preparación de la cuvée, mezclando los vinos de los diferentes viñedos, de las diferentes variedades, y a comienzos de la primavera siguiente a la vendimia se procede al tirage, donde se añaden las levaduras y el licor azucarado, los cuales desencadenan una nueva fermentación (la segunda) en la botella, sometida a una presión de 6 atmósferas, los vinos se van enturbiando a medida que se alcanza este nivel de presión, que a su vez facilita la fermentación.
Bajo estas condiciones optimas de presión, ideales para el desarrollo fermentativo y autolisis final de las levaduras, los vinos deben permanecer bajo cavas subterráneas a una temperatura constante de 10ºC.
El reglamento de denominación de origen establece que las botellas deben permanecer un año como mínimo, en rima, pero este plazo es superado ampliamente por las firmas mas prestigiosas, ya que piden a sus vinos una crianza muy superior.
Algunos pueden permanecer en su silenciosa cuna durante 6 años, y el record esta establecido en 8 años de cava. El tiempo de crianza es decisivo para su calidad, ya que con los años el champagne asimila sus levaduras, se funde con el gas carbónico y de esta manera se desarrollan y originan los aminoácidos que son el origen de los mejores aromas.
Finalmente las botellas pasan a los pupitres donde serán removidas hasta quedar en punta, al ir girando las botellas, se van decantando los depósitos en el cuello de cada una de ellas. Una vez en punta, las botellas permanecen en las cavas subterráneas hasta que se degüellan, para eliminar así los sedimentos. Para rellenar ese pequeño vacío que se produce al descorchar la botella, se añaden más cantidad de champagne según el tipo de vino que se desee obtener: brut, extra seco, seco, semi seco o dulce.
El champagne dulce es el preferido por los zares, los americanos han impuesto la moda del seco y los ingleses prefieren el brut.
Se debe aclarar que el champagne se beneficia de una moderada adición de azúcar, pero la acidez se rebaja con un largo periodo de envejecimiento, por eso las marcas de prestigio necesitan un menor dosaje de azúcar.
A pesar de la denominación de origen, existe en el mercado un gran numero de champagnes (ademas de otros vinos espumantes). En particular, los champagnes pueden ser blancos, rosados, blanc de blancs (obtenido del chardonnay exclusivamente), blanc de noirs (de pinot noir, de meunier, o de las dos), con añada o sin ella, sin licor de expedición o con mas o menos licor, pero sin embargo cada plato de comida encuentra su acorde en un champagne de características diferentes.
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