En un área que apenas supera los 200 kilómetros cuadrados, se encuentra una de las microrregiones que más está dando de qué hablar en el mundo del vino: Gualtallary.
Emplazada dentro del Valle de Uco, esta zona -dado su enorme potencial para cultivar variedades como Malbec, Cabernet Sauvignon o Sauvignon Blanc-, comenzó a poblarse de bodegas hacia fines de los años ´90.
Los suelos, de origen aluvional, caracterizados por ser profundos y poco fértiles, ofrecen vinos concentrados, a lo que se suma lo que, a entender de Rogelio Rabino, enólogo de Finca Sophenia, una de las bodegas pioneras de Gualtallay, es una de las claves para entender el "ADN" que este terroir le imprime a cada vino: la mineralidad.
"Hay una particularidad en Gualtallary que no se da en otras zonas y es la mineralidad. Existen capas de calcáreo, de tiza, que le aportan al vino una carga mineral, que se manifiesta como una nota de grafito, de mina de lápiz, que da vinos más elegantes que potentes en la parte aromática", explicó Rabino, quien lleva seis años trabajando en la zona.
El enólogo destacó que, por los suelos y el clima, "hay grandes
diferencias en el producto final. De hecho, estamos llegando a un nivel
de detalle en el que nos hemos diferenciado de otros departamentos del Valle de Uco".
A la hora de hilar fino en relación a las cepas que mejor responden a este terroir, Rabino hizo hincapié en el Malbec y en el Cabernet Sauvignon.
Sobre la primera variedad, destacó que "es en la que más se nota el sello de Gualtallary.
Le aporta muchas notas florales que no se encuentran tanto en Luján de
Cuyo. Y no va tanto por el lado de las violetas, sino que hay más rosas y
lavanda".
Además, recalcó que "en general, no son Malbec muy potentes y golosos en cuanto a la fruta, sino que son más bien frescos, elegantes y con notas especiadas".
En cuanto al Cabernet Sauvignon, resaltó que "en Gualtallary incluso se comporta mejor que el Malbec. Es complicado trabajarlo por las fechas de madurez, pero el resultado final es excelente: en nariz son frescos, aportan notas de pimiento rojo y mucha fruta fresca, con taninos muy domados".
En este contexto, Vinos & Bodegas seleccionó cinco ejemplares de distintas variedades y aptos para todos los bolsillos, con precios que arrancan en los $65 y llegan a los $400. ¿El objetivo? Conocer todo el potencial que puede ofrecer este terroir.
A tomar nota...
Zorzal Terroir Único Malbec 2012 - Zorzal Wines - Precio sugerido: $68
Si hay un apellido asociado a Gualtallary es Michelini. Los hermanos Matías y Juan Pablo comandan este proyecto ambicioso. Esta etiqueta en particular, por su precio y su calidad, se convierte en una puerta de entrada obligada a los vinos de esta microrregión y sirve para comprender a qué se refieren los enólogos cuando hablan de "mineralidad". En nariz, este Malbec ofrece aromas francos, con una paleta de notas minerales estridentes que compiten con la fruta roja y con una punta floral. En boca tiene todo el estilo Michelini: muy buena acidez, con taninos que aportan firmeza y cuerpo pero con una andar suelto que redunda en un vino fresco y ágil. Su medio de boca es de alto impacto:
reaparecen las frutas rojas y, por supuesto, esa carga mineral que
lleva a flor de piel. Larga persistencia para un vino que tiene un estilo claro y definido: o lo amás o lo dejás. Se consigue en la vinoteca Grand Cru.
Domaine Bousquet Premium Malbec 2012 - Bodega Domaine Bousquet - Precio sugerido:$65
Entre los enólogos todavía está vivo el debate sobre cuánto aportan realmente a las cualidades de un ejemplar las prácticas orgánicas. Más allá de esto, la realidad es que esta etiqueta de Domaine Bousquet se luce, con una nariz que suma mermeladas de grosellas y cerezas, con una buena madurez. La mineralidad, más tenue que en otros ejemplares, acompaña y está abrigada por un leve tostado,
heredado por su paso por barricas de roble francés y americano. En boca
ataca con dulzor, hay buena concentración, taninos redondos y una
acidez que le aporta nervio. Es un vino concebido para que sea amigable y fácil de beber. Cierra con una aromática sólida que se adueña por largo rato del paladar. Se consigue en la cadena de vinotecas EnoGarage.
Sophenia Reserve Cabernet Sauvignon 2011 - Bodega Finca Sophenia - Precio sugerido: $95
Rogelio Rabino, enólogo de Finca Sophenia, destacó en diálogo con Vinos & Bodegas que en esta microrregión "se pueden hacer excelentes Malbec, pero si hay una cepa que encontró su lugar en Gualtallary es el Cabernet Sauvignon". Se trata de un Cab que ofrece una nariz elegante y sutil,
dominada por las notas de fruta roja y pimiento rojo asado, acompañado
por un leve especiado y toques de vainilla -logrados por su paso de
cerca de un año en roble francés y americano-. En boca muestra volumen, buen balance y taninos dóciles que llevan la prolijidad al extremo.
En boca se percibe esa carga mineral y le otorga una textura especial.
No es de los Cab gordos, estridentes y dulzones, sino que sus atributos se definen más por la elegancia.
Riglos Quinto Malbec 2012 - Bodega Riglos - Precio sugerido: $95
A diferencia de la añada 2011, que contenía un touch de Syrah, esta cosecha incorpora cerca de un 10% de Cabernet Sauvignon. Este ejemplar, proveniente de un viñedo de Gualtallary bautizado "Las Divas", ubicado a unos 1.300 metros sobre el nivel del mar, permite alumbrar un Malbec con una gran carga frutada,
que prima sobre el resto de la paleta, la cual se completa con trazos
florales y buen especiado. La madera brinda aromas que recuerdan al
chocolate. En boca es un ejemplar que ataca caudaloso, mostrando un buen peso a medida que fluye por el paladar, con el nervio que sólo puede imprimirle una buena acidez. La fruta, ahora negra, y las especias, se adueñan del medio de boca. Se consigue en la cadena de vinotecas EnoGarage.
Pasionado Cabernet Franc 2009- Bodega Andeluna Cellars - Precio sugerido: $400
Algunos meses atrás, en Vinos & Bodegas recomendamos este Cabernet Franc, premiado en la última edición del Argentina Wine Awards, el certamen que cada año organiza Wines of Argentina. Fue sin dudas uno de los puntos altos debido a que es un manual abierto del potencial que puede tener esta cepa
en esta microrregión en particular. Se luce por su tipicidad
arrolladora, que combina frutas negras y una nítida nota de pimiento
sobre un perfumado fondo especiado. Cierran toques de chocolate, propios
de su paso por 18 meses por barricas de roble francés. En boca se
destaca por su frescura y sus taninos dulces. A medida que avanza,
despliega más de esa nota de pirazina y despuntan aromas que recuerdan a
la pimienta negra. Vino muy elegante y sofisticado.
Dialogando con el enólogo de Andeluna Cellars, Manuel González, nos
comentó que es su cepa preferida, de la cual viene realizando estudios
profundos. Los resultados están a la vista. Su precio puede resultar un
poco prohibitivo, es cierto, pero si sos fanático de esta variedad, es una apuesta segura y que no falla.
Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas - vinosybodegas@iprofesional.com
Fuente: iprofesional.com
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