La paleoalimentación pone en valor el tipo de alimentación de nuestros
antepasados de la era Paleolítica y considera que estamos adaptados
genéticamente para seguirla. Basada en carnes de todo tipo, frutas,
verduras y frutos del mar; cuestiona que la etiqueta "saludable" se le
asigne sólo al eje vegetariano-lácteos-cereales. Hoy, está de moda en
todo el mundo y Buenos Aires ya tiene su primer restó Paleo. Los
famosos que la siguen
Volver al origen. Parece ser el dogma que instala la
llamada paleoalimentación. "No hay nada más natural que la carne",
lanzan los adeptos más convencidos sobre esta tendencia que no es nueva
pero que en el último año escaló y se puso de moda en el mundo entero.
La
dieta paleolítica a simple vista puede sonar provocadora, sobre todo en
un contexto contemporáneo donde los valores de "lo saludable" respecto
de la comida en general se adjudican al eje pro
vegetariano-lácteos-cereales. Pero la dieta paleolítica también tiene
sus fundamentos sólidos y le pasa la corona de "lo natural" a la carne,
las frutas, los frutos de mar y las verduras.
Por
millones de años de "selección natural" los seres humanos que
sobrevivieron fueron aquellos que mejor funcionaban con este combo de
alimentos. Específicamente el hombre del Paleolítico era nómada, su vida
se caracterizaba por un desplazamiento continuo o periódico sobre todo
impulsado por las cuestiones estacionales del clima.
La dieta
paleolítica o paleodieta también conocida como dieta del hombre de las
cavernas o de la edad de piedra se basa entonces en la premisa de que
los seres humanos actuales están adaptados genéticamente a la dieta de
sus antepasados del paleolítico, por lo que resulta una dieta ideal. Se
centra en el uso de los alimentos disponibles en la época paleo y se
compone principalmente de carne, pescado, frutas, verduras, frutos secos
y raíces, así mismo excluye granos, legumbres, productos lácteos, sal,
azúcares refinados y aceites procesados.
El sustento científico
No
se puede hablar de la dieta paleo sin mencionar al gastroenterólogo
Walter Voegtlin, quien en 1975 fue quien le dio sustento científico a la
teoría que sostiene que los seres humanos son carnívoros, en su libro
"La dieta en la Edad de Piedra", basada principalmente en grasas,
proteínas y una dosis importante de carbohidratos.
Voegtlin
señala además que, al igual que los perros, los seres humanos tenemos
dientes caninos y molares estriados y nuestra mandíbula está diseñada
para machacar y desgarrar la comida y no para rumiar o sólo masticar.
Ambos,
el perro y el hombre, según Voegtlin se alimentan en forma
intermitente y pueden sobrevivir sin estómago o colon. Totalmente
opuesta es la situación de los animales
herbívoros, que se alimentan continuamente, sus heces son enormes y su
tracto digestivo es cinco veces más largo para almacenar la comida.
La
teoría de Voegtlin afirma que esas grandes diferencias entre la
anatomía del hombre y los herbívoros hace que sean incapaces de
adaptarse a una dieta rica en alimentos vegetales especialmente a los
cereales ricos en carbohidratos, así como a una dieta abundante en
lácteos rica en lactosa. Y el gastroenterólogo es contundente acerca de
que todas las enfermedades modernas son producto de haber abandonado la
dieta de nuestros ancestros ricas en carnes y grasas. Y señala que con
la excepción de la vitamina C, todos los nutrientes esenciales pueden
obtenerse del reino animal. Las comidas desvitalizadas que constituyen
el corazón de nuestras dietas modernas cargadas de azúcar y harina lo
único que hacen es acelerar nuestro declive.
"La
paleo-alimentación no es una exaltación de la carne sino de los tipos de
alimentos que el ser humano consumió desde el principio de su
existencia, e incluso desde sus ancestros del género "Homo". Eso incluye
la carne, pero también las frutas, verduras, tubérculos y frutos del
mar. Es posible que por una cuestión de precios la alimentación paleo
pueda ser más carnívora en la Argentina; pero en zonas costeras, por ejemplo, puede practicarse una paleoalimentación más rica en pescados o mariscos", explica Lucas Llach, economista e ideológo del primer restaurant de comida paleo en Buenos Aires.
Además es el hijo del reconocido economista Juan José Llach, quien
fuera Ministro de Educación de la Nación durante la presidencia de
Fernando de la Rúa.
Llegó la agricultura
Aproximadamente hace 6 millones de años que nos separamos de la línea de evolución que nos conduce a los chimpancés y bonomos, los simios más parecidos al hombre y no existía la agricultura.
Para los cultores de la dieta Paleo el ingreso de las harinas, arroces y azúcares a la dieta cotidiana de hoy está en algún punto ligado al desarrollo de la agricultura hace unos 8 mil años atrás.
Llegó la agricultura
Aproximadamente hace 6 millones de años que nos separamos de la línea de evolución que nos conduce a los chimpancés y bonomos, los simios más parecidos al hombre y no existía la agricultura.
Para los cultores de la dieta Paleo el ingreso de las harinas, arroces y azúcares a la dieta cotidiana de hoy está en algún punto ligado al desarrollo de la agricultura hace unos 8 mil años atrás.
"No hay nada más natural que la carne", dispara Llach. "Los vegetarianos se apropiaron de una etiqueta marquetinera ("lo natural") cuando para nuestro animal, el Homo Sapiens, no hay nada más natural que la carne. Durante millones de años, antes de cazar y recolectar, fuimos carroñeros: comíamos restos de animales recién cazados por leones u otras fieras. Las frutas y las verduras también fueron desde siempre una parte clave de la dieta natural del ser humano, a la que el cuerpo fue adaptándose durante millones de años", explica el economista.
Refuerza Llach: "Parte
de lo que consumen los vegetarianos (todo aquello que viene de la
agricultura cerealera) no es natural para el Homo Sapiens: lo empezamos a
comer hace menos de 10.000 años, que es muy poco en nuestra historia
evolutiva. Lo que llamamos "paleo-alimentación" sostiene que la dieta
natural del ser humano, aquella con la que vivió durante toda su
existencia, incluye frutas, verduras, tubérculos, frutos del mar y
carnes, pero que la incorporación de harinas, azúcares, lácteos fue algo
reciente y de algún modo, artificial".
Restó a puertas cerradas
Como Sapiens
está escondido en un piso de Recoleta, a puertas cerradas y ventanas
abiertas. Las mesas son comunitarias, se comparten; hay una para ocho
personas, otra para seis y una mesa que se comparte solo de a dos. Es un
primer experimento, limitado, que funciona sólo los viernes y con un
sólo turno y reservas. "Para 2014 vamos a sumar un día adicional y eventualmente un local al público", resume Llach.
Celebrities y Paleo Diet
Inspiradas
siempre en no perder las curvas estas tres celebrities por estos días
apuestan a mantenerse en forma con la Dieta Paleo. Ellas son: Uma Thurman, Natalie Portman y Beyoncé, Matthew McConaughey, Miley Cyrus y Jessica Biel.
Sus agentes y allegados declararon a la prensa que lo que más les entusiasmó a estas celebrities
-sobre todo a las chicas- es que la comida paleo no los hace pasar
hambre porque las carnes o pescados en combinación con las verduras y la
fruta cumplen con un buen nivel de saciedad.
Esta dieta ahora de moda recomienda las papas como uno de los principales carbohidratos permitidos. Además, anima a comer tres veces al día y prohíbe picar entre horas. Para ello, lo que hacen las celebrities y todas las fans de esta dieta es comer hasta sentirse completamente saciadas. Prefieren y eligen la carne de vaca de calidad y sugieren que la fruta mejor consumirla sin excesos.
La dieta paleo no incluye lácteos.
Fuente: infobae.com
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