Caminando por la góndola de lácteos, Clara siente que está frente a
un estadio de fútbol en miniatura. A ambos lados del pasillo, en las
góndolas, parece haber hinchas con camiseras de dos equipos: las verdes y
las rojas. La camiseta verde es la del equipo “light”, la roja la del
“común”. Toda la vida Clara jugó para el equipo rojo, pero ahora siente
que está lista para cambiar de camiseta y pasarse a la onda “light”.
Toma
uno de los productos verdes – un queso blanco – y lo mete en el
changuito. Está contenta, porque ya cambió de equipo. Lo que no sabe es
que la inclusión de este nuevo producto a su alimentación va a
significar otras 40 calorías DE MÁS por día, una cantidad que si bien es
poca, no es lo que tenía en mente al cambiar de camiseta. ¿Qué es lo
que ocurrió?
Cuando jugaba para el equipo rojo, Clara consumía un
queso blanco de la marca X, que tiene 40 calorías por porción; la
versión light de esa misma marca tiene un 25% menos de calorías (30
calorías). Pero el queso en envase verde que acaba de comprar es de otra
marca – la marca Y -, y tiene 60 calorías, 30 más que la versión light
de la marca X.
¿Cómo puede ser que un producto light tenga más
calorías que un producto común? Lo que ocurre es que el producto es
light comparado con la marca Y, que además ofrece una versión común del
queso blanco que tiene 80 calorías. Como el queso blanco que compró
Clara tiene 25% menos de calorías que la versión común de esa marca es
un producto light, aunque tenga más calorías que la competencia. Pero
Clara no lo sabe, no leyó la etiqueta ni la comparó con otros productos,
así que se va contenta hacia la caja...
La lección: hay que leer las etiquetas
No confíes ciegamente en “lo verde”: a veces también los productos light pueden ser engañosos. Conviene comparar las etiquetas con
las de las versiones comunes. ¿Realmente tiene menos calorías? ¿Tiene
menos grasa? Si tiene menos grasa, ¿su contenido de hidratos de carbono
es alto?
Extractos del libro
“La comida no engorda. ¿Por qué engordamos nosotros?”, de editorial
Planeta. El autor es Adrián Cormillot, médico clínico con orientación en
enfermedades crónicas y director del Centro de Educación e
Investigación en Diabetes, Obesidad y Nutrición (CEIDON).
Foto: Thinkstock Photos
Fuente: entremujeres.com
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