viernes, 9 de noviembre de 2012

Consejos para elegir la mejor papa

Saber cuál sirve para que tipo de plato no parece una tarea tan sencilla, te contamos cómo saber si es el tubérculo que necesitás de acuerdo a su tamaño

La papa o patata (nombre científico: Solanum tuberosum) es una planta perteneciente a la familia de las solanáceas, originaria de Perú y Bolivia. Hoy es cultivada en todo el mundo por sus tubérculos comestibles. Hace unos 7000 años fue domesticada en el altiplano andino por sus habitantes y más tarde llevada a Europa por los conquistadores españoles como una curiosidad botánica más que como una planta alimenticia. Con el tiempo su consumo fue creciendo y su cultivo se expandió a todo el mundo hasta posicionarse como uno de los principales alimentos para el ser humano.

Para el consumo humano solamente es superado por tres cereales: el trigo, el arroz y el maíz. No obstante, los tubérculos de la papa brindan un rendimiento por hectárea varias veces superior a aquellos que se obtienen con los granos de los cereales. Los expertos han desarrollado miles de variedades; las mismas se pueden diferenciar por el color de la epidermis y de la pulpa, la resistencia a enfermedades, la duración del ciclo de cultivo y los requerimientos nutritivos, entre otras características.

La elección

Cuando vamos a cocinar papas, por lo general nos conformamos con elegirlas más o menos del mismo tamaño para que durante la cocción todas se cocinen al mismo tiempo. Pero, ¿por qué hay papas más grandes y otras más pequeñas? Las papas grandes son las que fueron dejadas por más tiempo bajo tierra, por eso desarrollaron mayor tamaño, tienen una piel más gruesa, un interior más blando y por todo eso son perfectas para servirlas peladas, hechas puré o fritas en finas tajadas. En cambio, las papas de tamaño pequeño, las también llamadas "papas nuevas", fueron retiradas de la tierra antes que las otras, son de piel fina, de interior firme y por ende las indicadas para hervirlas, para usarlas en ensaladas y para comerlas con piel, aprovechando así todas las vitaminas que la cáscara contiene.

Fuente: revistamaru.com

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