Lo sugirió el crítico británico Tim Atkin cuando visitó Argentina traído por Wines of Argentina durante la última Vendimia:
Argentina necesita experimentar con variedades italianas, que están teniendo muy buena aceptación en los mercados.
California sigue esta tendencia, informó esta semana un diario del vino.
Sus investigadores trabajan sobre 55 nuevas variedades que se adapten mejor a zonas cálidas,
previendo el avance del calentamiento global. El trabajo lo está
haciendo la Universidad de Kearny, pero el trabajo de mercado lo
monitorea Constellation Brands (
http://www.todovinos.cl/noticias/3956-en-california-investigan-nuevas-variedades-)
"El
mercado está listo para algo nuevo, quizás un Fianio, un vino blanco
con un estilo fresco y joven que evoca los sabores de melón y toronja, o
el estilísticamente único Marselan Noir, un vino tinto con un sabor de
cereza", señala la nota.
Argentina también tiene su programa experimental de variedades, a través del INTA, aunque sin apoyo del sector privado, como en Estados Unidos.
Santiago Sari, ingeniero agrónomo a cargo del proyecto en Mendoza,
explica que la investigación es sobre 12 nuevas variedades y ya lleva 4
años.
"La inquietud surge para abrir una mayor oferta varietal,
como parte del PEVI; nosotros vemos el comportamiento de la variedad,
tanto en campo como enológico, no desde el punto de vista comercial; esa
información se la enviamos a los productores y ellos son los que deben
ver la conveniencia comercial".
Las variedades sobre las que se
trabaja son famosas en sus lugares de origen con vinos de corte. En las
parcelas demostrativas en San Juan, Mendoza, y Rio Negro, hay 12
variedades: Ancellota, Nebbiolo, Nero Dávola, Croatina, Caladoc, Grénache, Corvina, Rondinella, Touriga Nacional y Mouvèdre en tintas y Verdicchio, Riesling en blancas.
Las que muestran mejor performance
Algunas variedades han mostrado mejor desarrollo que otras. La Ancellotta,
sostiene Sari, originaria del Norte de Italia, muy utilizada como base
de color de mostos, o para agregar color a vinos de bajo color muestra
una muy buena sanidad, un poco más sensible a oidio. Tiene una madurez
más temprana que el Malbec, y con respecto a los vinos, da mucho color
tanto en zonas cálidas como en zonas frías. "Parte de intensidad colorante 3000 unidades, es muy tánica, necesita manejo de taninos para hacer un varietal,
si hay que hacer clarificación no se pierde color; no es una variedad
con mucho aroma, y en boca depende como se la trabaje. Es más
interesante para corte que como varietal", se ha comprobado. Hoy está en
el mercado como varietal de la mano de Familia Zuccardi con su vino
Textual.
Otra que da excelentes resultados es la Croatina,
una variedad originaria del Norte de Italia, que allá también se conoce
como Bonarda, aunque no es la Bonarda piamontesa; la que conocemos en
Argentina como Bonarda es el Corveau, del Sur de Francia.
"La poca información bibliográfica que tenemos nos dice que su intensidad es media, no es muy tánica, hemos visto que tiene un muy buen color, disminuye en regiones cálidas, aunque no tanto como el Malbec; en Argentina desarrolla muchos taninos y se adapta bien a una crianza en barrica".
Algo muy interesante es que desarrolla buena acidez aún en zonas cálidas y tiene muy buena aptitud para ser desarrollada como varietal.
"En Luján está dando 2000 unidades de color. El promedio de acidez es
de PH 3,5. En zonas cálidas no llega 3,6 y en zonas frías 3,4 de PH",
explica Sari.
"El rendimiento está en 130 qq/ha, medio, en
algunas zonas cálidas puede cargar un poco más, pero tiene poca
fertilidad en las yemas basales. Tal vez si cambiamos a cordón
pitoneado, podría andar mejor. En relación a las enfermedades, es poco
susceptible al oidio pero es sensible a la peronóspora y la
podredumbre", enfatizó.
Acorde a los estudios otra que presenta resultados muy buenos es la portuguesa Touriga Nacional, que en su país de origen se usaba sobre todo para el Porto pero que ahora también se está trabajando bien en vinos varietales. El
trabajo del INTA se hace con clones más productivos que los originales
de Portugal. "Para nosotros es interesante, porque tiene mucho aroma
frutal;, como varietal va muy bien y como aporte de fruta iría muy bien
para sumarle a otras tintas internacionales. La acidez no es tan
interesante, PH promedio 3,8", explica Sari.
De las blancas el Verdicchio
se desarrolla con excelente acidez, aún en zonas cálidas sale con PH de
3,2. "Se puede elaborar tanto como blanco seco o dulce; tiene aromas
florales, a damasco fresco, según el estado de madurez; es un varietal
que ha logrado mucha adhesión", subrayó el investigador.
Una variedad famosa en el Norte de Italia, el Nebbiolo -base de los célebres Barolo y Barbaresco - en todos los casos nos ha dado casi nada de color en las experimentaciones. "Es un varietal muy parecido al Pinot Noir,
tiene cierta elegancia sobre todo los de zonas frías, aparecen aromas
especiados y es bastante corpulento, tánico; tiene muy buena acidez, en
Luján 3,6 de acidez, pero es un PH interesante".
Interesantes en nariz
La Rondinella y el Grénache, variedades
de poco color, muy famosas en el Norte de España y en Sur de Francia,
presentan en Argentina taninos secantes, por lo que requieren
maceraciones más cortas. "La variedad que hicimos en La Consulta sale
con poco color; son uvas que aparecen con mayor intensidad aromática
cuando se la elabora como rosado. Es una variedad más sensible a la
peronóspora, tiene corrimiento, es medianamente productiva. Pese a ser
un clima continental como el del Ródano, o en el Norte de España, lo que
encontramos como similitud es la intensidad aromática, la intensidad de
color es baja".
El Caladoc, cruza de Grénache y Malbec
-cruzamiento que hizo el INRA a fin de incorporar más taninos y color
al Grénache en el sur de Francia; - en tanto ha probado ser poco sensible a la podredumbre y no tiene corrimiento.
"No logramos tanto color, en la zona de La Consulta es donde se da más
interesante. Su calidad está muy influenciada por el terroir; al tener
Malbec no nos extraña, porque ya sabemos que sus características
dependen mucho el suelo. Tiene menos polifenoles que el Malbec,
no tiene aromas destacados varietales que lo identifiquen, en algunas
zonas cálidas aparece un poco de herbáceo. Es bastante exigente en el
clima para obtener una buena calidad, en zonas cálidas no se destaca en
lo absoluto".
Trabajo estandarizado
Si la bodega
experimental del INTA tuviera, como en Estados Unidos, apoyo del sector
privado, o mayores aportes del Estado podría realizar
microvinificaciones en barrica y guarda para ver cómo evolucionan estas
variedades con la madera. "Para tener repeticiones, necesitamos 3
barricas por varietal, este año lo empezaríamos a hacer si logramos
financiamiento extra al que tiene INTA. El rendimiento que estamos
trabajando es de 150 quintales por hectárea; en algunas regiones podría
tener más producción, pero en general esta es la producción límite",
dijo el ingeniero.
Hoy el trabajo con cada uno de los
varietales está estandarizado. Se utiliza el mismo sistema de
conducción, espaldero alto, 2,50 mts de distancia entre hileras, 1,50
mts entre plantas, sistema de poda doble gouyot y la misma cantidad de
yemas y brotes por planta en todas las zonas. "En general la cosecha se
hace con 24 brix las tintas, y las blancas 22 brix, en los tintos
estamos en 14 y en los blancos 12 o 13 grados de alcohol".
En
cuanto a la vinificación, las tintas se fermentan a 25 grados; las
blancas entre 18 y 20. "Usamos siempre una levadura seleccionada, la
D254 de Lallemand. El tiempo de maceración lo modificamos por varietal,
inicial 12 días, y luego variamos según los resultados obtenidos. A
las tintas se les hace maloláctica, con siembra de bacterias".
Fuente: Area del Vino