Neal Martin, emisario de Robert Parker en la prestigiosa revista The Wine Advocate, realizó un reporte sobre Argentina donde brindó una visión del país, luego de degustar más de 1.400 vinos.
Malbec, monovarietal.
Una de las primeras opiniones que aparecen del periodista es que teme
que Argentina coloque todas sus esperanzas y futuro en "una variedad
basada en un éxito pasado". Según destaca, esta es una de las
principales preocupaciones de muchos enólogos.
"En mi experiencia -manifestó en el reporte uno de los principales sommeliers de Argentina, Andres Rosberg- aunque
existen algunos productores que apuestan casi por completo al Malbec,
la mayoría trabaja enérgicamente en cambiar esta tendencia, y
dependiendo de con quién hables, surgen otras variedades como Bonarda,
Torrontés, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Tempranillo, espumante,
etc."
"Todos saben que el Malbec argentino puede dar tintos
exquisitos, aromáticos, frutales y de colores profundos. Sin embargo,
hay muchos que provienen de distintas partes del mundo (Nuevo y Viejo
mundo). Hay un mercado muy competitivo, especialmente si se apunta a los
consumidores más exigentes", expresó Martin. Al tiempo que indicó que
"una de sus grandes virtudes es que puede usarse como base no
sólo para monovarietales premium, sino que también para los buenos vinos
económicos que abundan en los supermercados, a pesar de que las cifras muestran una caída de este último segmento".
Asimismo, hizo hincapié en la fortaleza del Malbec como blend.
"Si hay algo que aprendí durante mi estadía en Argentina, es lo bien
que va el Malbec con otras variedades, por ejemplo con Bonarda. Ambas
uvas, sinónimo de Argentina, se complementan en estilo, Bonarda saca lo mejor del Malbec y viceversa.
Para mí el Malbec es como la base del Cabernet Sauvignon y el Bonarda
como aliado de corte del Merlot. Este es un camino de gran potencial y
no sólo de Malbec-Bonarda. Los bi-varietales de Malbec -Cabernet
Sauvignon también son increíbles. ¿Por qué no probar más
co-fermentaciones con Cabernet Franc o Syrah como lo hacen actualmente
reconocidos enólogos, en general con mucho éxito?", resaltó el
periodista.
Algunas conclusiones
Luego de degustar más de 1.400 vinos y visitar muchas bodegas, el emisario de Parker rescató algunos puntos, que según menciona, Argentina debería poner manos a la obra.
"En primer lugar, Argentina y especialmente Mendoza no deberían depender de un éxito pasado. Es necesario reinventarse ante los ojos de los consumidores", sentenció. En este sentido, forjar el propio camino para Martin no quiere decir que todas las bodegas necesiten obligadamente un vino "ícono". "Personalmente -agregó- no me gusta esa palabra. No se puede elaborar un verdadero ícono. No es sólo madurar las mejores barricas por 24 meses en roble francés nuevo y fraccionarlo en una cara botella con la única intención de alcanzar el segmento de precio de productos "Iconos". Se trata de elaborar en orden inverso: del precio a la vid en vez de la vid al precio. Lamentablemente, he encontrado demasiados exponentes íconos que crecen de alma, y francamente no valen su precio, especialmente en un país donde hay una gran cantidad de vinos con excelente precio calidad a USD 25 o menos".
Con respecto a la importancia que Argentina le brinda a la madera, el periodista comentó que siente que Mendoza (en menor proporción a otras regiones) está seducida por la madera y la idea de que mientras más cantidad, mejor. "Esto es totalmente falso. Afortunadamente, conocí muchos enólogos inteligentes, como Mauricio Lorca entre otros, que se encuentran hoy re evaluando el rol que juega el roble, inclinándose por la optima cantidad y no la máxima cantidad de éste, en proporción a cada vino en particular. Algunos periodistas me han etiquetado de "anti-roble", pero no lo soy. Estoy convencido que los enólogos deberían librarse de la presión de tener que emplear la cantidad máxima de roble nuevo sin primero tener en cuenta a cada vino en particular. Después de todo, un traje no se confecciona para un sólo talle. Nadie va a menospreciar un gran vino que no tenga 100% roble nuevo, si éste es equilibrado, fresco, complejo y exquisito", remarcó.
Luego de degustar más de 1.400 vinos y visitar muchas bodegas, el emisario de Parker rescató algunos puntos, que según menciona, Argentina debería poner manos a la obra.
"En primer lugar, Argentina y especialmente Mendoza no deberían depender de un éxito pasado. Es necesario reinventarse ante los ojos de los consumidores", sentenció. En este sentido, forjar el propio camino para Martin no quiere decir que todas las bodegas necesiten obligadamente un vino "ícono". "Personalmente -agregó- no me gusta esa palabra. No se puede elaborar un verdadero ícono. No es sólo madurar las mejores barricas por 24 meses en roble francés nuevo y fraccionarlo en una cara botella con la única intención de alcanzar el segmento de precio de productos "Iconos". Se trata de elaborar en orden inverso: del precio a la vid en vez de la vid al precio. Lamentablemente, he encontrado demasiados exponentes íconos que crecen de alma, y francamente no valen su precio, especialmente en un país donde hay una gran cantidad de vinos con excelente precio calidad a USD 25 o menos".
Con respecto a la importancia que Argentina le brinda a la madera, el periodista comentó que siente que Mendoza (en menor proporción a otras regiones) está seducida por la madera y la idea de que mientras más cantidad, mejor. "Esto es totalmente falso. Afortunadamente, conocí muchos enólogos inteligentes, como Mauricio Lorca entre otros, que se encuentran hoy re evaluando el rol que juega el roble, inclinándose por la optima cantidad y no la máxima cantidad de éste, en proporción a cada vino en particular. Algunos periodistas me han etiquetado de "anti-roble", pero no lo soy. Estoy convencido que los enólogos deberían librarse de la presión de tener que emplear la cantidad máxima de roble nuevo sin primero tener en cuenta a cada vino en particular. Después de todo, un traje no se confecciona para un sólo talle. Nadie va a menospreciar un gran vino que no tenga 100% roble nuevo, si éste es equilibrado, fresco, complejo y exquisito", remarcó.
Graduación alcohólica, otro tema
Una de las discusiones que
siempre está en tapete y que el periodista sacó nuevamente, es el tema
de la graduación alcohólica del los vinos del país.
Según Neal Martin, "Argentina debería reducir el nivel de alcohol. Con esto no quiero decir vinos anémicos, pálidos y débiles, pero sí uno que pueda pedir en un restaurant, pagar por una botella de 750 ml y beber 750 ml, en vez de dejarlo que se evapore. Solo una reducción de 0,5% ó 1% puede resultar en vinos más equilibrados y fáciles de beber".
Según Neal Martin, "Argentina debería reducir el nivel de alcohol. Con esto no quiero decir vinos anémicos, pálidos y débiles, pero sí uno que pueda pedir en un restaurant, pagar por una botella de 750 ml y beber 750 ml, en vez de dejarlo que se evapore. Solo una reducción de 0,5% ó 1% puede resultar en vinos más equilibrados y fáciles de beber".
Fuente: Area del Vino
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