Así se desprende de un estudio realizado entre adolescentes de entre 15 y 19 años, quienes están por encima de la media mundial en el consumo de yogurt, jugos de frutas, agua en botella y bebidas saborizadas.
Según un reciente estudio, los argentinos de ente 15 y 19 años eligen
en su consumo diario preferentemente productos considerados saludables,
y están por encima de la media mundial en la cantidad de veces que
ingieren yogurt, jugos de frutas, agua en botella y bebidas saborizadas.
Y muy por debajo en la media regional de consumo de café.
Lo reveló un estudio realizado a nivel mundial por la compañía
multinacional alemana de investigación de mercado GfK que analizó los comportamientos de los jóvenes relacionados con de alimentos.
Valeria Bellani, directora de GfK Argentina, explicó que la
información parte de una investigación (entrevistas cara a cara o vía
internet) llevada a cabo sobre una muestra de 37 mil personas (de ambos
sexos) de entre 15 y 19 años de edad que habitan en los principales 25
países de las regiones más representativas del planeta. En el caso de la
Argentina la muestra fue de 1500 casos.
Otro aspecto a destacar en la “relación comidas y jóvenes”, tiene que ver con que disfrutan de la cocina y más del ritual de hacerlo en contacto con amigos y familiares. Un punto importante es que los argentinos no suelen ser muy innovadores en cuanto a los productos que usan en la cocina.
Otro ítem muy interesante respecto a los alimentos, radica en que los adolescentes argentinos suelen preocuparse en gran medida por ingerir alimentos “seguros”
por lo que prefieren alimentos saludables (gustan de los orgánicos),
ricos en proteínas e intentan evitar los excesos de sal, carbohidratos y
cafeína. En este sentido, además, eligen siempre que pueden marcas que
consideran “familiares” y “reputadas”.
Sin embargo, existe un ítem en el que no aparecen como “tan
saludables”, y tiene que ver con que no son muy adeptos a comer en
horarios establecidos si se los compara con los chicos del resto del
mundo: aunque un 50% de los encuestados dijo hacer al menos tres comidas
diarias (y algunos snacks intermedios), uno de cada diez dice no hacer “ninguna comida sentado” y sólo comer “cuando tiene hambre”, cifra mayor a media global.
Al respecto, el estudio de GfK permite segmentar el análisis por
nivel socioeconómico y edad de los encuestados (siempre hablando de
jóvenes de entre 15 y 19 años). De esta manera, puede apreciarse que las
mujeres adolescentes argentinas de nivel socio económico más alto y las
de menor edad (15 a 17 años) “se sientan a comer”. Estas son más
adeptas a tomarse el tiempo necesario en horarios establecidos y
sentarse (al menos tres veces al día). Los que no tienen el hábito son
sus pares varones mayores (17-19) y de menores ingresos, los cuales
prefieren “picar algo” cuando tienen hambre.
Siguiendo con la misma segmentación, si bien en líneas generales los jóvenes locales no consumen gran cantidad de infusiones, las mujeres son más consumidoras de té (e incluso de café), si se las compara con el promedio del total de los jóvenes argentinos.
Se destaca, además, que las mujeres de nivel socio – económico bajo disfrutan preparando cenas y comidas en general,
para sus familiares o amigos, aunque no para ellas mismas, y
generalmente optan por alimentos que consideran tradicionales (por sobre
la innovación).
Además, de las diferencias por nivel socioeconómico, se destaca la disparidad por género: los hombres no se preocupan por la excesiva ingesta de carbohidratos y cafeína, mientras las mujeres los tienen muy en cuenta e intentan evitarlos.
Fuente: saludable.infobae.com
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