A 1.557 metros de altura en El Peral, Tupungato, se ubica la finca más alta de Mendoza, donde Chandon está cosechando su primera vendimia de uvas Chardonnay y Pinot Noir. La intención es ofrecer al mercado un champagne con características especiales.
Cepas del Plata se llama la nueva finca que adquirió Bodegas Chandon en 2006. Allí se ubican los viñedos más altos de Mendoza, a 1.557 metros. Según explicó Hervé Birnie-Scott, director de la empresa: "Es un proyecto de uvas base para el champagne, donde se busca volcar esta materia prima al cóctel exitoso de Chandon".
Por otro lado, remarcó que "la búsqueda de nuevas alturas, la superación de fronteras y el gran desafío de instalarse en las zonas más cualitativas, es el legado de los orígenes de Chandon Argentina, que desde sus inicios, cultiva en condiciones extremas. Todo comenzó hace más de 50 años cuando Moët & Chandon cruzó las fronteras de Champagne en Francia para instalarse en Mendoza, en una de las zonas más alejadas y frías de Agrelo, a 980 metros de altura.
Este proyecto, que tiene este año su primera cosecha, está guiado por los ingenieros agrónomos Mario Sonzogni y Gustavo Ursomarso. Según explicaron, es todo un desafío, ya que se trata de una zona donde las temperaturas pueden llegar a sorprender. "Por ejemplo, el año pasado no pudimos trabajar durante 2 meses por que la nieve nos tapó todo", contó Ursomarso, al tiempo que Sonzogni destacó que "sin amplitud térmica y vigor, no hay champagne".
La primera cosecha
Ésta será la primera vendimia de los viñedos ubicados en El Peral. Según explicaron desde la bodega, los tres años anteriores se utilizaron para darle fuerza a la planta, teniendo en cuenta que ésta crece en un clima con grandes amplitudes térmicas, llegando en algunos casos a 23º de diferencia entre verano e invierno.
"Estas temperaturas extremas ofrecen al vino un perfil aromático muy similar a las variedades tradicionales de Champagne en Francia, logrando un equilibrio muy importante entre acidez, ph y azúcar", señaló el director de la firma. Agregó que "las temperaturas bajas permiten una madurez lenta de la uva, desarrollando aromas frutados sumamente elegantes y con una gran frescura natural".
La finca El Peral cuenta con 124 hectáreas, de las cuales 110 están cultivadas. Entre ellas, 55 son de Chardonnay y las restantes de Pinot Noir. (Sólo 3 hectáreas corresponden a Sauvignon Blanc).
"Para este proyecto se invirtieron 2.5 millones de dólares, aproximadamente 60 mil dólares por hectárea", indicó Birnie-Scott.
Espíritu pionero, audaz y desafiante de Chandon
En relación a la decisión de buscar estos viñedos, Hervé explicó que ésta forma parte de los valores de Moët & Chandon. "En primer lugar, la bodega tiene como meta ser ‘pionera', algo que logramos cuando desembarcamos en Mendoza siendo la primera champagnera del país y luego cultivando estos viñedos en la zona más alta de la provincia. Por otro lado, ser audaz, algo que refleja este proyecto, ya que aquí se puede ganar mucho, así como también perder. Este año, por ejemplo, perdimos el 30% de la cosecha a causa de las heladas. Las condiciones climáticas de este lugar son muy arriesgadas. Finalmente, ser ‘líder' en el mercado, valor que quedó plasmado en 1991, cuando implantamos el sistema de riego por goteo, saliendo a conquistar las laderas precordilleranas de Tupungato, con el viñedos Caicayen, ubicado a más de 1.250 metros de altura".
Fuente: Area del Vino
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