Para los amantes del vino, el "terroir" o terruño, identifica a cada región donde se producen vinos de calidad excepcional, gracias a la influencia benéfica del clima y de su tipo de suelo. Es así que existen vinos de Burdeos, Borgoña, Rioja o Ribera del Duero, identificados primero por su lugar de procedencia. En ese sentido, lo que todos los productores de vino saben desde hace muchas generaciones, ahora la tecnología lo va a poder confirmar. Que el tipo de clima y suelo son condiciones fundamentales para elaborar los mejores vinos, aparte de la forma en que éstos son producidos. Un equipo de investigadores de la Universidad de Kansas ha desarrollado un sofisticado sistema de información para cuantificar el impacto de la geografía en la calidad de las uvas y del vino que se produce.
Los especialistas Shawn Hutchinson y Michael Gray lideraron el equipo que se encargó de identificar científicamente los distintos tipos de "terroir" y de elaborar mapas sobre las diferentes calidades de cada terreno, en un trabajo que se realizó en el sudoeste de Francia, según informa la agencia EFE.
"Lo que buscamos es proveer una designación científicamente válida, pero orientada al mercado, de cada una de estas clases de ´terroir´, presumiendo que como lo indican los primeros análisis estadísticos, están correlacionadas directamente con las cualidades del vino", afirmó Hutchinson. Los datos relevados comprenden la elevación, pendiente del terreno, horas de luz solar, índice de radiación solar y una medida de cómo el suelo absorbe el agua de lluvia.
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