En 1948 en cuevas de muercielagos de Nuevo Mexico se hallaron palomitas de maíz, que fueron datadas del 3600 a.C.
En Colombia durante la época precolombina los habitantes las hacían como pasabocas en las fiestas de las ciudades, acompañadas de chicha u otra bebida.
Durante la época colonial, los conquistadores encontraron restos de palomitas en tumbas de hacia más de 1500 años, sin embargo luego investigadores descubrieron que estas se hacían ya hacia más de 5000 años A.C.
En la costa atlántica para el año 1500 habían desarrollado nuevas técnicas para darle un sabor dulce a las palomitas, los nativos agregaban sacarosa proveniente de caña de azúcar molida.
En Mexico en las ciudades prehispánicas se vendían a granel como leguminosas y se llamaban momochtli (en idioma nahuatl). Se preparaban en el momento, introduciendo maiz en ollas de barro muy calientes, o poniendo granos sobre ceniza ardiente.
En Peru, las culturas preincaicas ya elaboraban palomitas de maíz bastante antes de la llegada de los españoles, al haberse encontrado en tumbas restos de ellas con 1000 años de antigüedad. Arqueólogos también encontraron ollas para palomitas de maíz pertenecientes a la Cultura Mochica que datan de 300 D.C.
En 1942, Cristobal Colon notó que los aborígenes americanos hacían sombreros y corpiños con palomitas de maíz, que vendían a los marineros.
Alrededor del año 1612, los exploradores franceses documentaron que los indios iroqueses hacían explotar maíz en potes de arcilla, utilizando arena ardiente. También informaron que durante una cena iroquesa, se consumía cerveza y sopa hechas a partir de palomitas de maíz.
Los primeros colonos estadounidenses comían palomitas de maíz en el desayuno, con azúcar y crema.
En 1885, Charles Cretors (de Chicago, EE. UU.) patentó la máquina comercial para fabricar palomitas de maíz. La costumbre de comer palomitas en los cines se puso de moda en Estados Unidos desde 1912.
Porque explotan las palomitas de maiz:
Como todos los granos de cereales, cada grano de maíz para palomitas contiene una cierta cantidad de humedad en su endospermo (núcleo almidonado con hasta 90% de almidón). A diferencia de la mayoría de los otros granos, la corteza externa o pericarpio, es muy gruesa e impermeable a la humedad.
A medida que el grano es calentado más allá de su punto de ebullición (100 C), hasta los 175 °C, el agua dentro del grano empieza a convertirse en vapor, generando presiones internas de hasta unas 9 atmosferas.
En la mayoría de los granos (incluyendo los granos defectuosos del maíz para palomitas), este vapor escapa tan rápido como se forma, pero en los granos del maíz para palomitas, el vapor no escapa debido a lo grueso e impermeable del pericarpio (corteza) que lo mantiene sellado, pero la presión interna llega a tal punto que la corteza no puede contenerla y ocurre una pequeña explosión.
La fuerza de la explosión voltea al grano de adentro hacia fuera, es decir el contenido del núcleo es expuesto. Pero aún más importante, debido a que la humedad se encontraba uniformemente distribuida dentro del núcleo almidonado, la expansión repentina de la explosión convierte el endosperma en una especie de espuma, la cual le da a las palomitas su textura única.
Existen dos explicaciones para aquellos granos que no revientan después de haber sido expuestos a altas temperaturas. La primera es que los granos que no reventaron no tenían la suficiente humedad para crear el vapor necesario para explotar.
La segunda explicación, de acuerdo a la investigación realizada en el 2005 por el Dr. Bruce Hamaker de la Universidad de Purdue, los granos que no explotan pueden tener la corteza agujereada, que también impide que se genere la presión suficiente para que revienten.
Fuente: wikipedia.org
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