martes, 27 de octubre de 2009

Los dolores de crecimiento del Malbec

De los más de 600 millones de dólares de exportación de vinos que se pueden alcanzar en 2009, el Malbec contribuye con el 40%. Esto habla claramente de su condición de bandera de nuestros envíos al exterior. Varios bodegueros comienzan a mostrar su preocupación frente a una escasez en el corto plazo.

Mucho se habla por estos días acerca de la fantástica performance que ha logrado el Malbec en los últimos años. Su exportación creció entre 2004 y 2009 a una tasa cercana al 38% anual en valor y 30% en volumen. Esto alentó la expansión de muchas bodegas, tanto en viñedos como en la ampliación de su portfolio de vinos. Hoy, prácticamente ninguna bodega exportadora no lo tiene entre sus líneas de vinos y hay casos en que sólo comercializan este varietal. De continuar con la tendencia observada en los primeros ocho meses del año, la exportación de Malbec dejará divisas por 240 millones de dólares, a lo que se suma un aporte también muy importante de ventas en el mercado interno. La otra cara de la moneda la explicitan aquellos que sostienen que este crecimiento puede traer problemas.

"Cuidado con que Argentina sea sólo Malbec"

Entre las preocupaciones que se escuchan está el hecho de que en el mundo sólo nos identifiquen con esta variedad. Si se trata de un fenómeno pasajero, se corre el riesgo de que desaparecida "la moda", existan problemas para continuar con el crecimiento. Sin embargo, el peligro parece estar relativamente alejado por dos razones fundamentales. La primera es que Argentina participa en el 4% del comercio mundial de vino y el Malbec en el 1,2%, con lo cual estamos muy lejos de la saturación. Por otra parte, la moda por el Malbec se basa en tendencias modernas de consumo de vinos y éstas parecen ser estructurales y de largo plazo.

"Otros también lo producirán"

Otra preocupación está en el hecho de que del mismo modo en que Argentina en los últimos años pudo reeditar éxitos importantes de otros países como el Syrah, que era dominio de los australianos o el Cabernet, reinstalado por californianos y chilenos entre otros; es posible que en pocos años aparezcan fuertes competidores de otras latitudes, desde la originaria Cahors de Francia hasta buenos exponentes del Nuevo Mundo. En ese caso, Argentina tendría una competencia más agresiva. Aún así, no es menos cierto que esto podría consolidar la variedad en los mercados internacionales y ayudaría indirectamente a nuestro país, que es líder en su producción.

"Si esto sigue, faltará Malbec de calidad"

Si se observa la tasa de crecimiento en la superficie de Malbec (5,6% anual) y se la compara con la tasa de crecimiento de la exportación (30%), la preocupación aparece como válida. Claro que si Argentina dispusiera de una buena dotación de fondos para financiar estas inversiones esto no sería una preocupación, pero la realidad es que esto no existe y que nuestro riesgo país navegando entre los 700 y los 1.500 puntos, no es precisamente un estimulante para la inversión extranjera. A esto se suma que el crecimiento del varietal se ha hecho sobre la base de la calidad. El precio promedio de exportación era de 2,8 dólares por litro en 2004, mientras que en 2009 es de 3,8 dólares por litro. Claramente la demanda se concentra en segmentos más altos y allí aparece la preocupación, pues de las 27 mil hectáreas plantadas no todas están en capacidad de producir en esos segmentos. Se corre el riesgo de no poder mantener el crecimiento en estos estándares de vinos, lo que podría dañar la imagen de Malbec en los mercados internacionales.

Cuidar este "precioso" tesoro es la consigna que sobrevuela la discusión de aquellos que han construido esta expansión de la vitivinicultura argentina.

Fuente: suplemento FINCAS de Diario Los Andes

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