Llega la fecha más política de la vitivinicultura. Durante los
encuentros vendimiales del fin de semana -en los que estarán presentes
políticos nacionales y provinciales - se espera que cobren protagonismo
temas candentes como el precio de la uva, trabas a las importaciones,
paritarias, caída de la rentabilidad y otros que prometen encender el
fuego del debate.
Aunque hay hermetismo en torno a los discursos, los eventos políticos
ligados a la Vendimia del sábado 3 -el Desayuno que organiza la
Corporación Vitivinícola Argentina y el Agasajo de Bodegas de Argentina-
prometen ser escenario de los temas más "urticantes" con los que viene
lidiando la industria en este último tiempo.
Hasta este
momento, 48 horas previas al Agasajo de Vendimia (que se hará en la
bodega Finca Agostino) Bodegas de Argentina, entidad organizadora, no
había confirmado su presencia la presidente Cristina Fernández de
Kirchner; tampoco lo había hecho el vicepresidente Amado Boudou. Si bien
la presencia de Boudou fue anunciada en un principio, la misma quedó
en suspenso. Boudou que atraviesa cuestionamientos por una supuesta
vinculación con la ex imprenta Ciccone, actual Compañía de Valores
Sudamericana, podría considerar - se especulaba esta semana - que este
no fuese un buen momento para presentarse en público y enfrentarse con
la prensa.
Debate principal: pronóstico de cosecha
En
un clima político enrarecido, gran parte de la pelea por el precio de
la uva gira en torno al ajuste del pronóstico de cosecha del INV: una
estimación con diferencias importantes, que pasó de una merma del 5% al
17% para Mendoza este año, puso al presidente del Instituto Nacional de
Vitivinicultura, Guillermo García en el ojo de la tormenta: primero fue
el legislador de la UCR Daniel Llaver quien elevó un pedido de informe a
la Cámara de Diputados acusando a su gestión de favorecer, a "grandes
empresarios".
Una vez hecho público el segundo informe de
cosecha, la Unión Cívica Radical provincial volvió a arremeter contra
García. Ayer ante la prensa, el presidente del radicalismo, Alfredo
Cornejo, denunció que los errores en los análisis de cosecha "alteran
profundamente el mercado, forzando que se fijen precios de uva menores a
los correspondientes".
García se defendió con argumentos
técnicos, asegurando que fueron circunstancias "climáticas e hídricas "
las responsables del menor peso y rendimiento en los frutos. "La UCR no
puede presumir que estas falencias técnicas son movimientos políticos
del INV", le dijo esta semana a Los Andes. A los legisladores radicales
este argumento no les convence y adelantaron que, pasada la fiesta,
harán una presentación en el INV para que explique"por qué se ha
equivocado tanto en los últimos cuatro años".
Reclamos por el precio de la uva
Por
un lado, los productores de la Zona Este siguen reclamando al Gobierno
mejorar el precio de $1,10 por kilo de uva, aún con mayor énfasis
después de conocer el ajuste del pronóstico de cosecha. Sucede que las
uvas cereza y criolla están entre las variedades que registran las
mayores pérdidas este año. Productores nucleados en APA y liderados por
José María Llaver saldrían a protestar a las calles, durante el
Carrusel provincial, para aguarle la fiesta al Gobernador Francisco
Pérez e insistir en que la uva debe valer más. Del otro lado, el
Gobierno, con el ministro de Agroindustria José Luis Alvarez a la
cabeza, ha dicho que el precio es inamovible y le ha repetido hasta el
cansancio a los productores que "no vendan la uva, sino que elaboren
vino porque su precio va a subir, o elaboren mosto ya que la demanda es
muy buena".
La referencia de precios no vale por igual para las uvas tintas de alta
gama. Según comentarios de productores del Valle de Uco, y también según
el INV, en esos viñedos las pérdidas no fueron relevantes. ""Hay mucha
uva y la compra de algunas variedades tintas este año será menor",
vaticinó un importante jugador del negocio. Los grandes "players" aducen
varias razones: contracción del consumo en los mercados de destino
(incluido el mercado interno), stock de vinos 2011 esperando salir de
bodega y nuevas fincas en producción.
Granel en suba, fraccionado en baja
Veamos
los números actuales: son las exportaciones de vino a granel y las de
mosto concentrado las que continúan traccionando las ventas de vino; los
despachos del INV indican que las exportaciones de granel aumentaron
139% y el mosto 115% entre enero 2011 y enero de 2012. En total, sumando
vinos sin mención de variedad y espumantes, en el mercado interno la
variación en volumen fue de 8,85% en el período observado.
En
exportaciones de mayor valor, con vinos varietales, el fraccionado se
mostró mucho más abajo que el granel; se exportaron 36.000 hectolitros
más de graneles, mientras que sólo fueron 2.000 hl más de fraccionado.
En tanto fueron 10.246 toneladas de mosto, contra 4.768 toneladas en
enero del año pasado.
Así las cosas, el sector exportador de
fraccionado es el más angustiado. Cercado por el alza en los costos y la
estabilidad del dólar, la rentabilidad de algunas líneas prácticamente
ha quedado en cero. "Hace tres años que venimos viviendo una reducción
del margen pero no podemos mover los precios por que estamos en una
etapa de posicionamiento. Estamos dependiendo únicamente del valor del
dólar, de la tasa cambiaria. Estamos rogando que cambie para mejorar la
rentabilidad", dijo un bodeguero que exporta casi toda su producción a
EEUU.
Otro exportador se mostró preocupado por los rangos de
precios bajos donde Argentina lideraba la relación precio - calidad -de
los U$S 9,99 a los U$S 14,99- . "En ese segmento muchas marcas
lamentablemente van a desaparecer porque no tienen como mantener los
precios y la rentabilidad ya es negativa", aseguró.
La inflación
sigue siendo una preocupación: ya registraron subas este año casi todos
los insumos, el papel (un 20%), las botellas, entre un 3% y un 7%.
Ahora queda por ver qué sucederá con la mano de obra: se discute en
paritarias el aumento salarial para viña y bodega. El planteo del
sindicato es un 39%, monto que no están dispuestos a pagar las entidades
bodegueras.
Trabas a la importación de insumos
Las nuevas barreras a
la importación que impuso la Secretaría de Comercio Interior que dirige
Guillermo Moreno están generando faltantes de todo tipo para la
cosecha: desde maquinarias hasta insumos secos, como barricas, papel o
levaduras. El problema no es sólo que los productos no ingresan, sino la
impotencia que muchos sienten al no obtener explicaciones cuando una
importación les es denegada, aún con insumos que no se fabrican en el
país. "No hay dónde reclamar, ni nadie que pueda darte una respuesta, ni
los despachantes de Aduana entienden nada", aseguró el gerente de una
importante empresa que provee equipos para la industria del vino, pero
también para agua y gaseosas. Otro tanto comentaron algunos bodegueros
esta semana. "Tenemos el pedido de 15 barricas frenado, y no sabemos
por qué", dijo un bodeguero de Luján.
Así, a la falta de mano de obra en la viña, se le suma la escasez de cosechadoras mecánicas. "No te dejan ingresar la máquinas", comentó un conocido proveedor de estos equipos. Ni despalilladoras, ni equipos de frío. Tampoco es posible conseguir agroquímicos importados, ni qué hablar de repuestos.
A principios de febrero entró en vigencia la resolución Nº3.252/12 de la AFIP, que obliga a quienes importan mercancías a realizar -previamente a la emisión de la nota de pedido- una declaración jurada anticipada de importación (DJAI). Esta nota pasa a la Secretaría de Comercio Interior y es allí donde se decide qué mercadería ingresa y cuál no.
Las respuestas, acorde a la disposición, deberían llegar en un plazo de 48 a 72 horas. Acorde a las consultas realizadas, en tanto, están demorando desde 15 días en adelante.
Fuente: Area del Vino
Así, a la falta de mano de obra en la viña, se le suma la escasez de cosechadoras mecánicas. "No te dejan ingresar la máquinas", comentó un conocido proveedor de estos equipos. Ni despalilladoras, ni equipos de frío. Tampoco es posible conseguir agroquímicos importados, ni qué hablar de repuestos.
A principios de febrero entró en vigencia la resolución Nº3.252/12 de la AFIP, que obliga a quienes importan mercancías a realizar -previamente a la emisión de la nota de pedido- una declaración jurada anticipada de importación (DJAI). Esta nota pasa a la Secretaría de Comercio Interior y es allí donde se decide qué mercadería ingresa y cuál no.
Las respuestas, acorde a la disposición, deberían llegar en un plazo de 48 a 72 horas. Acorde a las consultas realizadas, en tanto, están demorando desde 15 días en adelante.
Fuente: Area del Vino
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