El espejo devuelve una imagen que no es la esperada y la angustia
aparece. Entonces, además de dejar de comer para no engordar, es
necesario contrarrestar el malestar con una, dos, tres copas… La bebida
suple a la comida, entonces, la situación pierde el control.
Estos hechos descriptos podrían ser un episodio
cotidiano en la vida de una mujer que padece de drunkorexia, una
enfermedad en la cual la restricción alimentaria viene acompañada de una
importante ingesta de alcohol. En general, son personas que
sobrevaloran su cuerpo pero que en el fondo son endebles, tienen la
autoestima baja y creen que con el consumo de bebidas pueden reemplazar
el hambre que se provocan para lograr la imagen deseada.
"Tienen miedo de ser rechazadas, discriminadas, el
futuro y las responsabilidades las aterran", explica la doctora Mabel
Bello sobre los sentimientos que tienen las mujeres que padecen esta
enfermedad. La drunkorexia puede presentarse en personas que tienen "un
trastorno bipolar o son impulsivas, ya que poseen conductas
autodestructivas y una incapacidad para soportar el estrés. La adicción
es una forma de escaparse de la realidad".
"Es por esta semana, tengo todo bajo control" suelen ser algunos de los pensamiento que sobrevuelan cuando saben que están actuando por fuera de lo normal. Es en ese momento que el entorno debe estar alerta y prestar atención a las conductas que ellas presentan. A veces se vuelven bruscas o ya no rinden como antes en el trabajo y por su adicción tienden a perder el contacto social. El ánimo suele oscilar entre estar eufóricas y caer en un pozo depresivo. Por eso tienen terror de salir de esa adicción.
Las mujeres de mediana edad no son las únicas que pueden padecer de drunkorexia. En las adolescentes "cuando una chica está con bajo peso, baja ingesta, y además toma alcohol, es una bomba", describe la doctora Edith Szlazer.
La presión por estar lindas, perfectas, suele afectar mucho a las adolescentes que tienen una personalidad más vulnerable. "Las falencias se expresan con el cuerpo. Los chicos de esta generación nacieron expresándose con el cuerpo. Las angustias se manifiestan ahí", describe la especialista y explica que una de las causas es que las menores ven constantemente expuesta su imagen a través de las redes sociales.
Las chicas suelen evitar que los mayores se enteren de que no comieron y cuando salen y beben alcohol intentan volver lo más tarde posible para que en su casa no se den cuenta. Por eso es muy importante que los padres estén alertas, verifiquen las conductas de sus hijas y sobre todo retomen la palabra.
Como los porcentajes de consultas de las afectadas es mínimo, salvo que algún accidente las haya llevado a tomar conciencia, es importante que el entorno consulte, ya sea una amiga, un familiar. "Hay que buscar una estrategia para abordar a ese paciente. Hablarle con mucho cariño, juntarse con amigos, hacerle llegar literatura. Un abordaje comprensivo para eliminar la resistencia del paciente", explica Bello.
Para los tratamientos se emplean equipos interdisiplinarios donde participan médicos clínicos, psicólogos, psiquiatras y nutricionistas. Depende de la institución a la cual se acuda, puede haber grupos de autoayuda o consultas individuales. Buscar un proyecto de vida y tomar dimensión de lo real suelen ser los objetivos de la recuperación..
Fuente: revistasusana.com
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