No
hay secretos. La clave de tener un buen color de cara está en la dieta,
concretamente en el consumo de fruta y verdura. Según un estudio
publicado en la revista 'PLoS ONE',
dependiendo de las cantidades diarias que se ingieran de estos
alimentos, así será el color de la piel: más amarillenta o más
sonrosada.
Los
carotenos, abundantes en la fruta y la verdura, son los responsables de
este efecto. Son pigmentos orgánicos que otorgan el color rojo y
naranja a los tomates, los pimientos rojos, la remolacha, etc. Y además,
tienen un notable poder antioxidante. Como argumentan
los autores del trabajo, de la Universidad St. Andrews (Escocia), "la
piel está continuamente expuesta a oxidantes ambientales como la
radiación ultravioleta, el tabaco y el ozono", responsables del
envejecimiento celular y de algunas enfermedades. Los carotenos,
subrayan, los contrarrestan, actúan de protector para reducir la
oxidación de las células.
Además
de este rol, los alimentos con carotenos influyen en el color de la
piel y así lo confirma este estudio. Después de recoger y analizar
información sobre la dieta y la evolución del tono de la dermis en 35
personas durante seis semanas, "observamos que la ingesta adecuada de
estos alimentos otorgaba un color más saludable". Además, tras
investigar cómo se percibía este cambio de tono, los autores se dieron
cuenta de que no sólo se valoraba como un aspecto "más saludable",
también se relacionaba con "mayor atractivo físico".
Aunque
las cantidades adecuadas dependen de cada caso y de los alimentos
concretos que se tomen, en general, lo recomendable es lo que la dieta
mediterránea estipula. Unos 500 microgramos de carotenos al día, lo que
equivale a dos piezas de fruta o verdura.
"Cuando
las dosis necesarias no se suplen los la dieta normal, los dermatólogos
aconsejamos tomar betacarotenos (en pastilla), ya que tiene un efecto
beneficioso sobre la piel, las uñas y el pelo", explica la dermatóloga
Paz Cerdá.
Por exceso y por defecto
Ante
el exceso de esta sustancia, según recoge el estudio, la piel se vuelve
más amarillenta. "Los betacarotenos son precursores de la vitamina A.
En situaciones normales (cuando no hay otros problemas de salud), si se
ingiere más cantidad de la necesaria, la vitamina A se deposita en la
piel y esto es lo que le da un color amarillento", señala Clotilde
Vázquez, jefa de la Unidad de Nutrición y Dietética del Hospital
Universitario Ramón y Cajal. "No tiene repercusión sobre la salud".
El defecto,
sin embargo, aunque no influye en el color de la piel (simplemente no
la pigmenta), sí tiene algunas consecuencias. "Como los betacarotenos
son potentísimos antioxidantes, su defecto puede causar aceleración del
envejecimiento celular. Puede dar síntomas como sequedad de los
epitelios y pequeñas úlceras en las comisuras de los labios", según la
doctora Vázquez.
Como
aseguran los investigadores, dado que la fruta y la verdura influyen en
el color de la piel y esto parece estar relacionado con una percepción
de mejor salud y más atractivo, quizás sea "una buena excusa /
herramienta para animar a la población a que se alimente adecuadamente".
Fuente: elmundo.es
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