lunes, 11 de julio de 2011

Jengibre y salud


Esta hierba originaria de Asia, que crece en los suelos húmedos y umbríos de las selvas y los pastizales, suele medir unos 60 centímetros de altura y es usada como condimento de cocina y en la repostería anglosajona, posee unas virtudes curativas notables. Entre otras aplicaciones, el jengibre actúa como un tónico y estimulante circulatorio y digestivo, y es un eficaz remedio para una variada gama de trastornos desde la artritis o la gripe a la inflamación.

La planta Zingiber officinale, que se cultiva en la mayoría de las regiones tropicales del planeta, es una herbácea perenne con un tallo erecto de color rojizo, hojas grandes en forma de corazón, flores de color amarillo verdoso agrupadas en espigas, y una raíz o rizoma tuberoso de color ceniciento y aspecto rugoso. El jengibre está emparentado con la cúrcuma y tiene un sabor muy marcado y algo ácido, un poco picante y muy aromático. Se emplea con fines medicinales el rizoma fresco de la planta, que se conserva entero o en trozos, se prepara en forma de aceite esencial, infusión, cápsulas, tinturas y emplastos, y es rico en aceites volátiles como el zingiberol (responsable de su olor característico) y resinas como el gingerol (con propiedades estimulantes), los cuales le confieren sus beneficios terapéuticos.

Esta planta tiene múltiples efectos: es antivomitiva, carminativa (favorece la expulsión de los gases digestivos), estimulante circulatorio y digestivo, antiinflamatoria y analgésica, laxante, expectorante, antiséptica y febrífuga (quita las calenturas), además de aperitiva (abre el apetito). Sin embargo requiere algunas precauciones. Se desaconseja tomar jengibre en dosis medicinales si se sufre una úlcera péptica o se tienen cálculos biliares, y conviene evitar tomar dosis muy concentradas así como ingerir el aceite esencial (la forma más potente de la planta) sin el control de un profesional.

Aunque algunos expertos recomiendan el jengibre para evitar las náuseas de la gestación, es mejor abstenerse de tomarlo durante el embarazo y la lactancia, y de administrarlo a niños menores de seis años. Además, en dosis elevadas, la planta es vomitiva.

Los expertos sugieren tomar jengibre como tónico digestivo si se han efectuado algunas comidas abundantes o potentes, si se va a emprender un viaje prolongado y movido o bien si se padece a menudo algún malestar estomacal o indigestión.

Los distintos compuestos del jengibre provocan una sensación de calor a nivel gástrico, aumentan la capacidad de contracción y el tono muscular de los intestinos, tienen la capacidad de evitar los espasmos en el tracto digestivo y facilitan la digestión de los alimentos.

Todo ello lo convierte en un remedio único para tratar innumerables trastornos digestivos: indigestión, gases, hinchazón estomacal, cólicos y diarreas, e incluso para tratar cuadros más severos como una intoxicación por ingerir alimentos en mal estado o el síndrome del colon irritable.

El jengibre también es eficaz contra el dolor y la inflamación. Esta hierba sirve tanto para aliviar como para prevenir la migraña. Asimismo, esta planta es beneficiosa contra distintos tipos de dolores (muscular, reumático, estomacal) debido a que reduce la inflamación de los tejidos, ayuda a llevar más sangre a la zona inflamada y dolorida y a que inhibe la liberación de sustancias que trasmiten las señales nerviosas.

El jengibre también beneficia la salud del corazón y los vasos sanguíneos. Es un potente anticoagulante, que previene la formación de trombos en la sangre, mejor que el ajo y la cebolla. Además, al aumentar la temperatura corporal con un efecto vasodilatador, estimula la circulación de la sangre y ayuda a que llegue a la superficie del cuerpo, por lo que es un buen remedio para los sabañones y la mala circulación en las manos y los pies. Al mejorar la circulación, es un buen aliado contra la tensión sanguínea elevada. Además, el jengibre disminuye los niveles de colesterol en la sangre, al reducir su absorción y estimular su conversión en ácidos biliares.

No sólo eso: esta planta está considerada como uno de los mejores remedios naturales contra las náuseas, vómitos, mareos y vértigos causados el movimiento del avión, el barco, el tren o el coche durante los viajes, o debidos a trastornos posoperatorios. Pero esta hierba no causa los efectos secundarios de los fármacos antináusea clásicos (debilidad, palpitaciones, vista nublada), porque no actúa sobre el sistema nervioso central sino en el tracto gastrointestinal.

También es favorable para las afecciones respiratorias. El jengibre es calorífico y calmante para la tos, resfriados, gripes y otros problemas de las vías respiratorias. Los emplastos son útiles para tratar el catarro común y mejorar la producción de esputo; su extracto alcohólico estimula la función respiratoria. Por otra parte, el té de jengibre es un remedio popular utilizado en muchos países para ``romper'' los resfriados. Como agente antiinfeccioso, el jengibre es un antibiótico natural, especialmente indicado en la salmonelosis.

Las virtudes terapéuticas de esta herbácea actúan dentro y fuera del organismo. Aplicar sobre el pecho una cataplasma caliente (que se prepara hirviendo dos cucharadas soperas de linaza y una de jengibre en medio vaso de leche), ayuda a ablandar la mucosidad acumulada, aliviando la congestión. Bañar los pies y manos en agua caliente en la que se ha hervido durante cinco minutos una cucharada sopera de raíz de jengibre triturada o en polvo, ayuda a aliviar la circulación sanguínea y los sabañones.

Los expertos en plantas medicinales recomiendan distintos preparados con jengibre para aliviar distintos trastornos:

* Para el dolor de cabeza. Prepare una de tintura de hojas de matricaria, ginkgo y menta y de rizoma de jengibre. Combine los ingredientes y tómelo con cuentagotas (una cucharadita por vez) según lo necesite, hasta un máximo de ocho veces al día.
* Una eficaz infusión multiuso. Coja 30 gramos de raíz fresca (puede comprarla en polvo o rallarla) o 15 gramos de raíz seca, y póngala al fuego con medio litro de agua. Deje hervir durante 10-20 minutos, sin tapar el recipiente para que el líquido se reduzca en un tercio y el extracto se concentre. Después cuélelo. Endulzada con miel, esta cocción facilita la digestión y alivia el dolor menstrual; si se le añade a la taza un poco de miel y limón, ayuda a aliviar el resfriado y el dolor de garganta y a limpiar las vías respiratorias.

Fuente: jengimiel.com

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