Comenzaremos por escurrir las aceitunas, las lavaremos si es necesario (debemos recordar secarlas bien, con la ayuda de un trapo), y descorazonarlas. Si carecemos del utensilio descarozador, podremos segmentarlas con un cuchillo afilado para eliminar el hueso, procurando no raspar el hueso con el filo del cuchillo para no modificar el sabor de la pasta posteriormente.
A continuación, limpiaremos y trozaremos la cebolla de verdeo y el diente de ajo, para luego mezclarlos y triturarlos en procesadora automática o manual. No será necesario corregir de sal, ya que las aceitunas aportan la sazón, pero sí podemos ir probando.
Debemos procesar delicadamente y con paciencia, para lograr una homogeneidad y una untuosidad adecuadas para la pasta de aceitunas. Mientras vamos procesando, iremos agregando aceite de oliva de a cucharadas, para lograr la consistencia ideal y de nuestra preferencia. Luego, la pasta ya estará lista para consumir, y podremos guardarla en frasco (limpio y esterilizado, de cierre hermético) durante un mes en la heladera.
Otra manera de preparar esta pasta de aceitunas casera, consiste en triturar aceitunas (verdes o negras) junto con un diente de ajo, algunas alcaparras sabrosas y pimienta negra recién molida, fresca. Utilizaremos pimienta negra y no blanca, ya que es menos agresiva y más aromática. Luego de triturar, agregamos hierbas secas, como albahaca, menta, orégano o lo que nos guste, e incorporamos un chorrito de vinagre para elevar la acidez; podemos usar vinagre de vino para aportar además buen sabor.
Por último, agregamos aceite de oliva de buena calidad mientras terminamos de triturar, para lograr una crema más homogénea y untuosa.
Con estas recetas, la pasta de aceitunas casera sera digna de aplausos de tus invitados.
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