martes, 5 de julio de 2011

Tucumán apuesta por la vitivinicultura

Un grupo de emprendedores desarrolla proyectos de producción de vinos y vides en la zona de los valles tucumanos. Recientemente, se creó la Cámara de Bodegas y Viñedos de Tucumán.


La bodega de Posse -que este año ya elaboró sus primeros vinos, pero aún no entró en la etapa de comercialización- está dotada con la última tecnología francesa para la producción de vinos y promete convertirse en líder del mercado. Otra docena de pequeños empresarios tucumanos ya poseen emprendimientos de producción de vides, algunos, y de elaboración de vinos, otros. Aunque este trabajo es netamente artesanal, están en pleno desarrollo algunos proyectos de producción en mayor escala con una visión más económica y menos informal. Estas iniciativas, poco a poco, van modificando el escenario económico de los valles tucumanos.

La industria vitivinícola mueve millones en Argentina. El país es el quinto productor y el undécimo exportador vitivinícola del mundo. Pese a los esfuerzos de los empresarios tucumanos que están apostando a la producción de vinos en la provincia, Tucumán está lejos del gigante mendocino o del desarrollo vitivinícola que tiene Cafayate, la localidad salteña que está a pocos kilómetros de Amaicha o Colalao del Valle, que poseen características climáticas y de suelos similares, pero producciones muy disimiles.

Si bien la actividad exige inversiones de largo plazo (la puesta en marcha de una bodega, con la plantaciones de vides incluida demanda entre 7 y 10 años, hasta el momento de poder comercializar el vino) y cuidados especiales (la producción de vides y el proceso de elaboración de los vinos exige una atención de casi las 24 horas del día), la rentabilidad es importante, si se obtienen vinos de alta gama. Además, el impacto económico -en desarrollo turístico y en empleo de mano de obra- en la región donde se desarrolla la vitivinicultura es inmenso.

Los empresarios tucumanos que desarrollan proyectos de este tipo en los valles están convencidos de que la vitivinicultura tiene futuro en la provincia. Sin embargo, se topan con algunos problemas: la falta de créditos, la imposibilidad de adquirir tierras en los valles (la propiedad en la zona no está bien establecida) y el escaso apoyo oficial impiden, por el momento, que Tucumán tenga un desarrollo similar al de Cafayate, en lo que a producción de vinos se refiere. Pero el proceso está en marcha y las perspectivas son alentadoras.

Unidos para el éxito

El desafío es crecer en el plano productivo, pero también generar una logística comercial que permita acceder a los mercados del exterior.

Un escenario de gran belleza visual, como el que brindan los Valles Calchaquíes, expone las condiciones ideales para la producción de vinos de alta gama en Tucumán.

Una de las tres bodegas de Tucumán produce alrededor de 200.000 litros de vino al año y una de Cafayate puede obtener unos 6 millones de litros en igual período. En el concierto de la producción de uvas y vinos, Tucumán recién está en pañales, pero con perspectivas a futuro que podrían colocar a la provincia en el lote privilegiado de las grandes áreas vitivinícolas del país. Frente a este desafío, los 25 productores tucumanos registrados en el Instituto Nacional de Vitivinicultura decidieron conformar la Cámara de Bodegas y Viñedos de Tucumán, que preside Alberto Guardia, director de la bodega "Las arcas de Tolombón".

En Amaicha de la Valle, Colalao del Valle, El Pichao y El Bañado se producen uvas tintas, como Malbec y Cabernet Sauvignon principalmente, pocas cantidades de Merlot y Tannat y también se plantaron Pinot Noir, Petit Verdot y Cabernet Franc, que entrarán en producción el próximo año. En lo que refiere a uvas blancas, se cultiva mayormente Torrontés y muy poco de Sauvignon Blanc.

"Tucumán produce muy pocas cantidades de uva en fresco y pasas, que se destinan casi totalmente a la elaboración de vinos", indicó Guardia. El empresario reveló que la producción de vinos de Tucumán se destina al mercado interno en su mayoría, pero que se comenzó a exportar a Estados Unidos. "En la cosecha 2010, los vinos de Tucumán obtuvieron dos medallas de oro en variedad Malbec y Torrontés, lo que fue sorprendente para los mendocinos, según se reflejó en los diarios cuyanos. Por lo tanto, están al nivel de los mejores vinos del país", subrayó Guardia. "El crecimiento de la actividad sólo puede cumplirse si se valora la calidad y el esfuerzo del vino tucumano; es muy probable que muchos lo tomen creyendo que es de provincias y bodegas renombradas, sin saber su origen tucumano", concluyó.

Fuente: La Gaceta

Una iniciativa colectiva

"La idea de la Cámara surgió ante la necesidad de coordinar acciones y esfuerzos para lograr instalar a Tucumán como una provincia productora de vinos de alta gama", aseguró Alberto Guardia.

Lo acompañan en la comisión directiva, Roberto Jesús Carro (vicepresidente), Carlos Alberto Segura (secretario), Julio César Quiroga (tesorero), Alfredo Montalbán, Mario Patriarca, Raúl Penna, Francisco Chicco Zossi, Fernanda Amado Escudero, Andrés Höy, Antonio Longo y Cristina Díaz (vocales).

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