Las consultas en dietéticas realizadas por La Nacion, por ejemplo, arrojaron que las semillas de hía, y luego las de lino y sésamo, "son las vedettes en cualquier almacén naturista", tal como señaló Juan Manuel Murgie, dueño del local naturista Adenkul, en Adrogué. Sobre su uso gastronómico, Katz recomienda no dejarlas oxidar al sol y molerlas y consumirlas en el acto. "Los efectos benéficos están basados en evidencias científicas y no hay nutricionista que no las recomiende, pero no se puede esperar todo de ellas", dice. Y enseguida advierte: "Es clave difundir hoy que hay que comer de todo, sin fundamentalismos y, entre otras cosas, hay que incluir variedades de semillas. Porque el lado negativo de la obsesión por la alimentación saludable es la ortorexia, una patología que ha empezado a verse más a menudo de lo que uno quisiera. Es un trastorno alimenticio que supone obsesionarse por comer lo correcto hasta condicionar la propia vida".
Fuente: lanacion.com
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