El pavo, el lechón, el salmón ahumado o los turrones de los festines
navideños no son malos para la salud, siempre que se degusten lentamente
y con moderación. "El organismo es capaz de hacer frente a un exceso
puntual, no tiene por qué almacenar obligatoriamente", explica el doctor
Arnaud Cocaul, un nutricionista del hospital parisino de la
Pitié-Salpêtrière a AFP.
La nutricionista Solveig Darrigo coincide
en que los "excesos se eliminan de forma natural con la condición de
que no se repitan durante todo el periodo de fiestas y se tomen algunas
precauciones". Como en Nochebuena se cena muy tarde, aconseja tomar un
refrigerio a última hora de la tarde, compuesto por una o dos piezas de
fruta y un producto lácteo o una tostada para "evitar abalanzarse sobre
la comida" más tarde.
Resulta inútil ponerse a dieta los días
anteriores a las fiestas para luego compensar comiendo demasiado de lo
que no se debe. "Porque restricción equivale a compensación", advierte
Darrigo. El doctor Cocaul, especialista en trastornos alimenticios,
asegura que las personas que se ponen a régimen tienen tendencia a pasar
"de un extremo a otro".
El lema: "deleitarse" y "no atiborrarse"
Para
él, "la noción de placer es esencial" cuando hablamos de comida. "Hay
que comer lentamente, ser siempre consciente de lo que se come y
masticar bien para liberar todos los aromas". Es muy importante
-recuerda Darrigo- "deleitarse" y "no atiborrarse" de comida.
Para
los que les resulte más difícil, los expertos proponen dos soluciones:
una consiste en dar prioridad a un plato calórico como entrada y seguir
con algo más ligero como pavo o pescado y postres a base de fruta, como
los helados. Pero también se puede optar por el placer en toda la comida
siempre que "se haga cuidado con las cantidades y las salsas", destaca
la nutricionista.
Como los banquetes de estas fechas ya suelen
tener porcentajes altos de grasa y proteínas, ella aconseja saltarse los
quesos. "Opten por productos sencillos pero de calidad" y "cocínenlos
en casa", recomienda por su parte una página web especializada, que
propone menús variados que respeten las recomendaciones nutricionales
más básicas.
A modo de ejemplo, recuerda que el alcohol y la grasa
no hacen buenas migas y que su asociación aumenta considerablemente el
tiempo de digestión, llegando a ser de hasta doce horas, o más, y
provocando flatulencias.
Para recuperarse de las comilonas, nada
más sencillo que hidratarse bien, bebiendo agua, tisanas o caldos, y
comer más frutas y verduras ricas en fibra (como los puerros),
aderezando todo eso con una dosis razonable de ejercicio físico.
Foto: Getty
Fuente: Elisabeth Zingg / AFP.
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