Cada cual atiende su juego, pero en ciertos
órdenes la vitivinicultura defiende posturas monolíticas. Es el caso de
la tríada precios-inflación en insumos-rentabilidad, que para muchos
durante 2013 pasó de un dolor de cabeza a una migraña intratable, y
ahora despierta un rechazo casi unánime frente a la pretensión del
Gobierno nacional de reflotar otra versión de congelamiento.
"Es difícil para un productor pensar en un congelamiento de precios con un vino que está completamente devaluado, sobre todo frente al encarecimiento de los insumos y del resto de los productos. Sólo puede funcionar a corto plazo; extenderlo implica congelar la economía, algo poco probable, pero en este contexto, sin otras variables como la pauta salarial, sólo puede durar dos días ".
Así se expresó Eduardo Sancho -presidente de Acovi-Fecovita- durante la presentación del balance 2013 del movimiento cooperativo vitivinícola. Por su parte, el gerente de la entidad y vicepresidente reelegido de Coninagro, Carlos Iannizzoto, reforzó el concepto.
"Todo, en conjunto con la devaluación y las restricciones a la importación, está mezclado y produce una distorsión sobre el valor de los productos de las economías regionales. El más afectado es el productor, la variable de ajuste, ya que no maneja el precio del fraccionamiento, los valores del mercado. Junto al consumidor son los extremos cada vez más separados de una cadena".
Desde Acovi insisten en la volatilidad de un eventual congelamiento, frente al ritmo galopante de los insumos, una proyección de ajuste de salarios del orden del 30%. Remarcan la idea de que, recién con tales consideraciones "debe ser un acuerdo amplio, no una fijación de precios".
Otras cámaras sectoriales representativas ya se suman a la postura. "Estoy completamente de acuerdo con que en las condiciones actuales es imposible. De hecho, hemos elaborado un estudio que muestra cuáles son las pérdidas que afronta, por ejemplo, el productor del Valle de Uco, a partir de un rendimiento de 100 quintales de promedio de malbec, a $ 3,50 el litro", consignó por su parte Horacio Meli, vicepresidente de la Federación Vitivinícola Argentina.
Necesidad y experiencia
Nadie puede soslayar que los primeros efectos de la devaluación tipo "goteo" pierden eficacia frente a la presión inflacionaria. "¿A qué devaluación vamos a llegar si la inflación no está contenida, y cuando no se contemplan otros factores como el gasto público, el volumen de productos en el mercado?", pregunta Iannizotto.
La semana se cerró a la espera del ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, quien luego canceló por "problemas de agenda" una reunión prevista. Con la expectativa de avances en la estructuración del Fondo Estabilizador de Stocks: el cálculo es que con $ 400 millones podrían "sacarse" del mercado el equivalente a 2 meses de despachos, suficiente para equilibrar valores.
Para Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina, "a pesar de que muchos resortes para nuestras problemáticas son competencia de Economía, es importante que nos escuche". Entre otros ítems, se insistirá con un menú de medidas: más reintegros, quita de retenciones, subsidio a los fletes.
El gerente de la Cámara que agrupa a los principales exportadores vitivinícolas consideró que un acuerdo "no es necesario, ya que no vendemos productos de primera necesidad, y en los rangos de precios medio y bajo el propio mercado nos pone el límite, en parte por las bebidas sustitutas. Además, los precios siempre se manejaron empresa por empresa".
La memoria inflacionaria del país es otro factor que la vitivinicultura tiene presente al cuestionar un eventual congelamiento. "La historia nos enseñó que mientras no se detenga la inflación, todo lo que se haga perjudicará al productor y aún al trasladista, que ven muy poco del 17% de ajuste de precios en góndola", analizó Mauro Sosa, del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este.
Para el sector, la situación es tal que hasta los referentes del Plan Estratégico asumen el peso de la coyuntura.
Como lo definió precisamente en un encuentro con dirigentes del Este la recién electa presidenta de Coviar para el período 2014-16, Hilda Vaieretti: "Estamos terminando un año muy difícil, con problemas de competitividad en toda la cadena, principalmente para el productor primario, con precios muy deprimidos de los productos, ya sea la uva en la época de vendimia o ahora el vino con largos plazos de cobro y un valor que no ha seguido el ritmo del proceso inflacionario que vive el país, cosa que sí han seguido todo los insumos como la mano de obra, el insumo más importante".
Según Vaieretti, "la mirada es hacia el futuro pero hay una realidad coyuntural innegable y de la cual somos parte. Lo que el Directorio de Coviar estime que se debe gestionar bajo el paraguas de la Corporación para lograr medidas, se hará".
Fuente: http://www.losandes.com.ar/notas/2013/12/22/atacar-inflacion-nadie-quiere-acuerdo-precios-757608.asp
Fuente: Area del Vino
"Es difícil para un productor pensar en un congelamiento de precios con un vino que está completamente devaluado, sobre todo frente al encarecimiento de los insumos y del resto de los productos. Sólo puede funcionar a corto plazo; extenderlo implica congelar la economía, algo poco probable, pero en este contexto, sin otras variables como la pauta salarial, sólo puede durar dos días ".
Así se expresó Eduardo Sancho -presidente de Acovi-Fecovita- durante la presentación del balance 2013 del movimiento cooperativo vitivinícola. Por su parte, el gerente de la entidad y vicepresidente reelegido de Coninagro, Carlos Iannizzoto, reforzó el concepto.
"Todo, en conjunto con la devaluación y las restricciones a la importación, está mezclado y produce una distorsión sobre el valor de los productos de las economías regionales. El más afectado es el productor, la variable de ajuste, ya que no maneja el precio del fraccionamiento, los valores del mercado. Junto al consumidor son los extremos cada vez más separados de una cadena".
Desde Acovi insisten en la volatilidad de un eventual congelamiento, frente al ritmo galopante de los insumos, una proyección de ajuste de salarios del orden del 30%. Remarcan la idea de que, recién con tales consideraciones "debe ser un acuerdo amplio, no una fijación de precios".
Otras cámaras sectoriales representativas ya se suman a la postura. "Estoy completamente de acuerdo con que en las condiciones actuales es imposible. De hecho, hemos elaborado un estudio que muestra cuáles son las pérdidas que afronta, por ejemplo, el productor del Valle de Uco, a partir de un rendimiento de 100 quintales de promedio de malbec, a $ 3,50 el litro", consignó por su parte Horacio Meli, vicepresidente de la Federación Vitivinícola Argentina.
Necesidad y experiencia
Nadie puede soslayar que los primeros efectos de la devaluación tipo "goteo" pierden eficacia frente a la presión inflacionaria. "¿A qué devaluación vamos a llegar si la inflación no está contenida, y cuando no se contemplan otros factores como el gasto público, el volumen de productos en el mercado?", pregunta Iannizotto.
La semana se cerró a la espera del ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, quien luego canceló por "problemas de agenda" una reunión prevista. Con la expectativa de avances en la estructuración del Fondo Estabilizador de Stocks: el cálculo es que con $ 400 millones podrían "sacarse" del mercado el equivalente a 2 meses de despachos, suficiente para equilibrar valores.
Para Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina, "a pesar de que muchos resortes para nuestras problemáticas son competencia de Economía, es importante que nos escuche". Entre otros ítems, se insistirá con un menú de medidas: más reintegros, quita de retenciones, subsidio a los fletes.
El gerente de la Cámara que agrupa a los principales exportadores vitivinícolas consideró que un acuerdo "no es necesario, ya que no vendemos productos de primera necesidad, y en los rangos de precios medio y bajo el propio mercado nos pone el límite, en parte por las bebidas sustitutas. Además, los precios siempre se manejaron empresa por empresa".
La memoria inflacionaria del país es otro factor que la vitivinicultura tiene presente al cuestionar un eventual congelamiento. "La historia nos enseñó que mientras no se detenga la inflación, todo lo que se haga perjudicará al productor y aún al trasladista, que ven muy poco del 17% de ajuste de precios en góndola", analizó Mauro Sosa, del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este.
Para el sector, la situación es tal que hasta los referentes del Plan Estratégico asumen el peso de la coyuntura.
Como lo definió precisamente en un encuentro con dirigentes del Este la recién electa presidenta de Coviar para el período 2014-16, Hilda Vaieretti: "Estamos terminando un año muy difícil, con problemas de competitividad en toda la cadena, principalmente para el productor primario, con precios muy deprimidos de los productos, ya sea la uva en la época de vendimia o ahora el vino con largos plazos de cobro y un valor que no ha seguido el ritmo del proceso inflacionario que vive el país, cosa que sí han seguido todo los insumos como la mano de obra, el insumo más importante".
Según Vaieretti, "la mirada es hacia el futuro pero hay una realidad coyuntural innegable y de la cual somos parte. Lo que el Directorio de Coviar estime que se debe gestionar bajo el paraguas de la Corporación para lograr medidas, se hará".
Fuente: http://www.losandes.com.ar/notas/2013/12/22/atacar-inflacion-nadie-quiere-acuerdo-precios-757608.asp
Fuente: Area del Vino
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