El último mes del año siempre está repleto de compromisos sociales
de la época: agasajos, celebraciones, brindis y, sobre todo, de muchos
excesos. Los días previos a las fiestas debemos planificar las comidas e intentar ir al supermercado con la lista de lo que nos hace falta comprar. De esta manera, se evitará caer en las tentaciones de lo que se ofrece en estos días.
El punto principal a tener en cuenta es evitar el ayuno.
Muchas veces las personas plantean la idea de no consumir nada en todo
el día para poder comer en las cenas. Esto no es lo recomendable. Se
deben hacer las 4 comidas diarias livianas, pero nunca saltearlas. La no ingesta nos hace llegar con más hambre a la noche y no poder controlar las porciones.
Los días previos a las fiestas debemos comer muy liviano, en base a frutas, verduras, carnes magras y una comida muy baja en grasa.
Debemos cocinar solo la cantidad de alimentos que se van a utilizar en
ese momento, evitando que estas preparaciones sigan presentes en la mesa
durante los días siguientes.
¿Qué alimentos conviene incluir?
Debemos intentar comenzar la comida con alimentos que generen saciedad,
por ejemplo ensaladas de hojas verdes sería lo ideal. Éstas deben ser
parte de la entrada y la guarnición del plato principal. Beber abundante líquido, ya sea agua o gaseosas dietéticas y dejar el alcohol solo para el momento del brindis, moderando la toma a 1 sola copa. No más.
Al
momento del postre, se debe intentar incluir frutas y disponer de
compoteras pequeñas para que los comensales se sirvan las cantidades
justas.
¿Y el menú infantil? Lo mejor para los niños, es hacerlos partícipes de la preparación de las comidas, por
ejemplo de una ensalada de frutas. El jugo debe ser la primera opción
de bebida. Los dulces, turrones y maníes se comerán luego del postre,
dejando pasar un tiempo. Estos confites deben ser servidos también en
pequeñas compoteras, de manera tal de no dejar los paquetes al alcance
de los menores.
¿Sabías que las cenas de navidad y de año nuevo suelen incluir hasta 5 veces más de calorías que una cena normal?
Eso puede traducirse hasta en un kilo y medio más en la balanza.
Además, las comidas de las fiestas pueden traer consecuencias negativas
para la salud física a nivel gástrico y a nivel del sueño
principalmente.
Sumado al calor de la época,
las comidas copiosas y con gran contenido graso generan en muchísimos
casos malestares gastrointestinales. Es por eso que debemos evitarlas y a
pesar de la cantidad de compromisos que nos abruman en diciembre, no debemos dejar de realizar actividad física, idealmente 3 horas semanales.
*Por la Lic. Lucia Molina (MN 5197). Departamento de Nutrición Halitus Instituto Médico.
Fuente: infobae.com
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