Este mayor protagonismo se debe principalmente a los cambios
sociales de las últimas décadas: una mayor participación en la fuerza
laboral, por lo tanto mayores ingresos disponibles, y al hecho de que se
ha extendido la edad para casarse o formar pareja por primera vez, en
los países occidentales al menos.
En Estados Unidos alrededor del 80% del vino es comprado por mujeres. La introducción de sectores de vinos en los supermercados es la principal causal.
Si bien la decisión
de consumo de un vino para el fin de semana, una ocasión especial, o en
un restaurante sigue siendo una tarea predominantemente masculina, las
decisiones respecto del consumo diario quedan generalmente en manos de
las mujeres. En este sentido los estudios no han encontrado grandes
diferencias en los patrones de consumo entre hombres y mujeres. Entre
ellas podemos nombrar las siguientes:
- Algunos estudios han mostrado que las mujeres están dispuestas a gastar más en un vino que los hombres.
- En general las mujeres se sienten más inseguras de sus conocimientos a la hora de elegir un vino, y buscan formas de reducir el riesgo de elegir un mal vino. El precio es la principal herramienta, aunque también se guían por los premios obtenidos y las etiquetas.
- Las mujeres son más leales a las marcas que los hombres. Una vez que encontraron un vino que les gusta, lo seguirán comprando en otras ocasiones.
- Como en otras situaciones de la vida, las mujeres son más propensas a pedir información e indicaciones a la hora de comprar un vino. Por ello confían más en las recomendaciones.
- En general las mujeres se sienten más inseguras de sus conocimientos a la hora de elegir un vino, y buscan formas de reducir el riesgo de elegir un mal vino. El precio es la principal herramienta, aunque también se guían por los premios obtenidos y las etiquetas.
- Las mujeres son más leales a las marcas que los hombres. Una vez que encontraron un vino que les gusta, lo seguirán comprando en otras ocasiones.
- Como en otras situaciones de la vida, las mujeres son más propensas a pedir información e indicaciones a la hora de comprar un vino. Por ello confían más en las recomendaciones.
Sin
embargo, a la hora de consumir ellas mismas, en otras situaciones de
consumo, con amigas, o en una celebración en la que ofician de
anfitrionas, etc., las mujeres demandan cosas nuevas y distintas a los
hombres. Y estas nuevas ocasiones son las que han disparado el
lanzamiento de numerosos productos apuntados específicamente a las
mujeres y con imágenes y mensajes netamente femeninos.
Pero ¿qué es lo que buscan las mujeres al elegir un vino? Podemos resumirlo las cuatro tendencias siguientes:
VINOS PARA COMPARTIR, NO PARA IMPRESIONAR: La mujeres en general compran vinos que vayan bien con las comidas, para relajarse, beber con amigos y divertirse. Los hombres, dicen que beben por cuestiones de salud y aunque no lo admitan, compran vinos para impresionar a sus amigos.
SALUD: La salud propia
y la de su familia es un punto central para la mujer, y el vino es la
bebida que mejor se adapta a este concepto, en el marco de las bebidas
alcohólicas. La demanda por productos con menos calorías es otra
tendencia fuerte en este sentido.
SUSTENTABILIDAD Y CONVENIENCIA:
estos dos tópicos son más valorados por las mujeres que por los
varones. De hecho, al tener que ser ellas las que abastecen de vino al
hogar, la simplicidad en la compra y en el consumo son factores muy
importantes. Esto ha impulsado envases alternativos, como el bag in box
en algunos países.
ROSÉ Y ESPUMANTES: Son las
categorías que más han crecido entre el público femenino y en las cuales
se han creado productos específicamente para ellas. Se considera que el
rosé es un punto de entrada fundamental para las mujeres al mundo del
vino, y que de allí pasan a otras categorías.
Fuente: Area del Vino
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