Productores chicos agrupados con sus bodegas o establecimientos elaboradores de pasas de uva, accedieron al financiamiento del BID. Los 86 proyectos presentados suman 21.000 hectáreas de viñedos.
El cierre de la primera convocatoria del programa de integración de pequeños viñateros a sus bodegas y establecimientos de uvas de mesa y pasas -que culminó el viernes 11 de diciembre- congregó en proyectos de asociación a 86 grupos con sus respectivas propuestas (la bodega o el establecimiento es el nexo que congrega a sus viñateros) y que implica a 2.076 productores interesados a lo largo de la geografía vitivinícola del país, en la posibilidad de transformar sus viñedos y mejorar las bodegas que hacen de vínculo del programa.
Según las previsiones de los miembros de la mesa de la COVIAR -Corporación Vitivinícola Argentina-, ejecutora del programa del ministerio de Agricultura de la Nación que financia el BID, la respuesta de los viñateros y bodegueros ha superado ampliamente sus expectativas en esta primera etapa y evidencia una disposición hacia formas de integración que significarán transformar de las fincas -la mayoría pequeñas de 5 a 20 hectáreas y de vieja data-, regularizar los dominios legales de su propiedad, mejorar tecnológicamente las bodegas, formalizar un contrato de vinculación entre ambos y asociarse al resto de la cadena vitivinícola.
Las 86 carpetas presentadas en esta primera convocatoria suman propuestas de mejoras y asociatividad en una superficie que supera las 21.000 hectáreas de viñedos, en Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca. Cabe recordar que este programa de integración está destinado a productores de hasta 20 hectáreas (el 85% del total de viñedos registrados en el INV son propiedades pequeñas de menos de 15 hectáreas), que viven principalmente de su finca, que necesitan actualizar sus propiedades y asociarse por contrato a bodegueros o establecimientos a los que entregan sus uvas habitualmente. La bodega o el establecimiento -que tiene que comprobar mercado para sus elaboraciones- es el nexo de asociatividad del grupo.
Por provincia
En Mendoza se presentaron 66 carpetas de otros tantos grupos interesados en el programa, 41 de ellos correspondientes a viñateros no integrados a cooperativas y otros 25 que reúnen a productores asociados a distintas cooperativas. En total, en Mendoza, estas propuestas asociarían a 1.617 viñateros y a unas 60 bodegas, para una superficie que supera las 16.000 hectáreas.
En San Juan presentaron 15 carpetas (un 13 % del total) para 268 productores viñateros que anualmente suministran sus cosechas a bodegas -6, para mosto y vino- y a establecimientos exportadores de uva en fresco (3 propuestas) y pasas (6 carpetas). Suman aproximadamente 3.000 hectáreas en producción.
De La Rioja y Catamarca se recibieron 5 propuestas (4 en La Rioja y 1 de Catamarca), para agrupar a 194 productores que trabajan poco más de 2.000 hectáreas. Un caso novedoso es que hay una empresa de San Juan que integró productores de otras provincias.
Ahora, las carpetas entran en la etapa de análisis en los centros regionales, los Centros de Desarrollo Vitícola y una comisión específica de la COVIAR, para la selección y designación del denominado "animador" (un profesional por lo general agrónomo, que aporta el programa). Este colaborará en la determinación de las necesidades de renovación del viñedo y de mejoras en la bodega convocante -el Programa integrado de Negocios- que procurará mejorar la calidad de la producción en viñas y bodegas y por ende ampliar las posibilidades de rentabilidad del proyecto asociativo en la cadena.
Los directivos de la unidad ejecutora de la COVIAR en este programa, estiman que las propuestas seleccionadas podrían ya contar con los recursos necesarios para iniciar el programa de transformación, al culminar la próxima cosecha.
Como se recordará, el programa prevé un subsidio no reintegrable -ANR- de hasta 3.000 dólares por hectárea para el viñatero con un máximo de 20.000. Los recursos deberán destinarse al programa de mejoras: protección antigranizo, reposición de plantas, reconversión de variedades, renovación de palos, alambres, sistemas de riego, entre otros). El subsidio no llegará en dinero directamente a los productores sino en bienes y servicios que su plan de negocios determine.
Fuente: Area del Vino
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