Lo importante es beber líquidos saludables, en cualquiera de sus formas, y la prioridad debería ser el agua natural. Sin embargo, a muchos consumidores "les cuesta" beber agua sola, se olvidan de incluirla durante el día y prefieren las saborizadas. Médicos y nutricionistas señalan que cualquier elección es buena y recomiendan leer las etiquetas para saber cuáles son las adecuadas para cada necesidad: es que no todas son para todos, especialmente las energéticas, que apuntan generalmente a deportistas, por su aporte de sales minerales.
Según estudios sobre tendencias en la industria de los alimentos, el nicho de las bebidas saborizadas lidera los mercados a nivel mundial. Hay un esmero en el marketing a través de atractivos envases, de campañas que informan y educan con opciones para preparar bebidas a partir de mezclas que se diluyen en agua o las que se adquieren listas para consumir, en envases personales. Las hay con pulpa de frutas, las elaboradas a partir de concentrados de frutas naturales, con hierbas, con y sin azúcar u otros endulzantes y conservantes, con vitaminas y minerales, con o sin gas.
Recorriendo góndolas, los encargados coinciden en su gran consumo. Lo último que ingresó es Epika (Coca-Cola), con un concepto de "sabores y sensaciones asociados a la vitalidad y el relax de lejanas culturas". Algunas de ellas: Tang, Frutitopia, Livean, Zuko, Ser, Cepita, Hickory, Clight, Levite, Pureza Vital. Son de libre consumo, excepto que haya alguna sensibilidad a los ingredientes que contengan (colorantes, conservantes, etc).
¿Por qué no incorporarlas a través de los alimentos? Aquí, la propuesta de un budín de frutas: batir 100 g de manteca con 180 g de azúcar y 3 huevos, 1 taza de cualquier agua saborizada cítrica, 1 cucharadita de esencia de vainilla, 1 taza de frutas de la estación cortadas y 270 g de harina leudante.
Mezclar bien, verter en una budinera enmantecada y enharinada y hornear a fuego moderado por 45 minutos aproximadamente.
Fuente: lanacion.com
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