miércoles, 7 de marzo de 2012

"Va a ser difícil explicarle al consumidor local por qué los vinos van a tener cada vez menos madera"

Durante la última edición del Argentina Wine Awards -concurso organizado por Wines of Argentina y la COVIAR y en el cual se eligen a los mejores vinos de exportación del país- se produjo un intenso debate acerca del estilo que están desarrollando las bodegas locales.

En concreto, prácticamente cada uno de los doce jurados de países del Viejo y del Nuevo Mundo -que degustaron 730 muestras-, apuntó sus dardos hacia el supuesto abuso de la madera y la alta graduación alcohólica. 

Además, los expertos -reconocidos enólogos de chapa internacional- recomendaron a sus colegas argentinos dejar que se manifieste más la fruta y el terroir.
Las reacciones de figuras locales como Daniel Pi (Trapiche) y el winemaker Marcelo Pelleriti no se hicieron esperar y salieron a defender el estilo de los vinos con sello nacional (ver nota: Fuerte debate por el perfil de los vinos argentinos: enólogos del exterior critican, expertos locales se defienden).

En este contexto, Vinos & Bodegas dialogó con Edgardo Del Pópolo, director de Doña Paula, bodega que, justamente, se llevó un Trophy en esta VI edición del AWA de la mano de su Sauvignon Blanc 2011.

-¿Las bodegas tienen que tomar nota de este nuevo escenario y hacer vinos cada vez con menos alcohol y madera o mantenerse firmes en la misma línea?

-No tengo una sola visión. Lo que sí veo es que hay un movimiento que se ha generado hace tres o cuatro años, que va avanzando día a día y contagiando a los países que producen vino y que es ir hacia un menor uso de madera. Esto se traduce en que los vinos de alta gama, que suelen criarse entre 12 y hasta 24 meses en barricas e, incluso, tengan doble paso por madera, se vuelvan cada vez menos atractivos pero para el mercado. No estoy hablando tando de los consumidores sino de los formadores de opinión y el trade. El argumento es que esto va en contra de la tipicidad, que queda opacada por la madera. Es una tendencia y hay que analizarla...

-¿Y cuál es tu gusto personal al respecto?
-Hoy en día se encuentran calidades fantásticas ante las más variadas condiciones. Yo siento que se pueden hacer muy buenos vinos que pasen mucho tiempo en madera pero también con pasajes menores, o habiendo usado barricas de segundo o tercer uso. Y hasta incluso sin tocar madera. Es difícil dar una visión tajante....

-¿Es viable que haya una suerte de desdoblamiento en el perfil de los vinos argentinos, es decir, con similares niveles de calidad pero con mucha menos madera y alcohol más bajo?
-En el pasado, las bodegas argentinas tenían un vino para el mercado nacional y otro para el mercado externo, aun cuando lo vendían bajo la misma etiqueta. Pero la realidad es que esto se ve cada vez menos porque desde el punto de vista de la producción y la logística es muy complicado de llevar adelante, sumado a que, en lo que respecta a la construcción de imagen de marca no contribuiría. Por eso la filosofía que llevamos adelante en Doña Paula es que la calidad es universal y lo que vendemos acá es lo mismo que vendemos afuera.

-En el mercado la madera está asociada a la calidad. En este contexto, evidentemente se requerirá de un cambio cultural en este negocio para que el consumidor local se adapte si es que las bodegas avanzan hacia esa tendencia...
-Esa es una de las grandes complejidades de este tema. Hoy, los consumidores tratan de buscar en la conjunción entre el vino y la madera algunas sutilezas que antes no eran tan atendidas. Y para un consumidor inicial, que está acostumbrado a tomar etiquetas de alta gama con madera, va a ser difícil explicarle por qué los vinos van a tener cada vez menos madera. La realidad es esa: hoy muchas personas pagan por lo que creen que es una calidad determinada y por eso van a buscar que el vino tenga paso por barrica. Y si de una añada a la otra de una etiqueta que venían probando aparece sólo fruta... El mensaje que se envíe a ese consumidor va a ser complejo. 

-Si bien muchos bodegueros en el marco del AWA2012 dieron a entender que la Argentina va a defender su propio estilo, la realidad es que esta tendencia de menos uso de barricas conjuga perfectamente con el delicado momento financiero que transita gran parte de la industria. Es decir que el cambio de estilo podría hasta llegar por necesidad...

-Yo pienso que parte de lo que estamos viendo sobre el menor uso o no uso de madera, se origina en los países productores, donde empiezan a ver que en ciertas líneas no tienen rentabilidad. Entonces, de forma natural, empiezan a abandonar su uso. Y la realidad es que, paralelamente, se encuentran con una corriente en el mercado que apunta a vinos sin madera y ahí a las bodegas la ecuación les cierra perfecto. Es una relación de necesidades mutuas: el mercado lo pide y al productor le vino como anillo al dedo.

-¿Y cómo está posicionada Doña Paula en este tablero de ajedrez?
-Doña Paula siempre se basó en dos pilares fundamentales: uno es la fruta fresca, ya que no nos gusta la sobremadurez. Nos gustan los vinos con mucho carácter varietal y la tipicidad es parte de la relación con el terroir. Segundo, apuntamos a vinos para acompañar una comida, un perfil para la gastronomía. Por eso desde el punto de vista de la madera nunca abusamos. Las gamas más altas siguen teniendo paso por barricas pero de una manera diferente, ya que en Doña Paula nunca caímos en excesos.

Por Juan Diego Wasilevsky
Editor de Vinos & Bodegas
Enviado especial a Mendoza
(c) iProfesional.com 

Fuente: iprofesional.com

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