Es una planta tropical muy popular en la gastronomía de la Polinesia Francesa.
Sus habitantes aprovechan las raíces –en sopas y estofados–, las hojas
–que recuerdan las espinacas– y sobre todo los tubérculos. Estos son
comestibles siempre que se cocinen, pues en estado natural resultan muy
tóxicos. Se pueden degustar fritos, horneados, asados o al vapor, y su
ligero sabor a nueces sirve de acompañamiento en los platos de carnes.
Para prepararlos se debe retirar la corteza con sumo cuidado, ya que los
jugos segregados por la raíz causan irritación. En Tahití, Bora Bora y
demás islas polinesias, cuya economía se sustentaba antiguamente en el
cultivo del taro y del ñame, crecen más de diez variedades, como el apo y el veo.
Esta gran familia de tubérculos posee excelentes propiedades
energéticas, así como altos niveles de hierro y calcio. Otro vegetal de
sabor similar y también muy presente en las mesas de los polinesios es
el tarua.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario