Las fresas, y en concreto los antioxidantes que contienen, previenen la inflamación de la mucosa del estómago causada por el consumo de alcohol,
las infecciones víricas o la acción de ciertos fármacos
antiinflamatorios. Así lo acaba de demostrar en un modelo animal un
equipo de investigadores italianos, serbios y españoles.
El estudio que recoge la revista 'PLoS ONE'
se realizó con un conjunto de ratas a las que los científicos les
administraron una gran cantidad de etanol (alcohol etílico). Aquellos
roedores que previamente habían recibido un extracto de fresa sufrieron
muchas menos lesiones gástricas. "Se podría pensar que nuestro estudio
abre la posibilidad de emborracharse más sufriendo menos, pero ese no
era nuestro fin", comenta a ELMUNDO.es Maurizio Battino, de la
Universidad Politécnica de la Marche (Ancona, Italia) y autor principal
del trabajo. El objetivo era confirmar el efecto protector de las
fresas, algo que consiguieron con creces. "Los resultados fueron mucho más positivos de lo que esperábamos", asegura el investigador.
El
experimento utilizó un modelo validado para recrear una situación
extrema: las ratas no sólo recibieron altas dosis de etanol, sino que
además tenían el estómago vacío. En esas condiciones adversas, el poder
antioxidante de las fresas hizo su aparición. Los efectos positivos no
sólo se produjeron de forma directa, sino también por la activación de las defensas antioxidantes del organismo. Se sabe que el estómago es un lugar en el que se producen de forma masiva sustancias que causan daño oxidativo.
El equipo de Battino lleva años estudiando las propiedades saludables de distintos compuestos de las fresas, como los antocianos, un tipo de sustancias con poder antioxidante que pertenecen al grupo de los polifenoles. Los extractos utilizados en este caso eran ricos en dichos micronutrientes.
Los
hallazgos del estudio podrían servir, en un futuro, para crear fresas
con un alto contenido en antocianos, ya que la cantidad que contienen
estas frutas de forma 'natural' no sería suficiente para protegernos
frente a las úlceras u otras enfermedades estomacales. "La idea es desarrollar variedades con valor añadido para el consumidor.
Que sean buenas, que evoquen recuerdos de la niñez, que puedan
permanecer mucho tiempo en el mercado porque eso beneficia a los
agricultores...", explica Battino. "Pero también es interesante que
tengan un valor añadido para la salud, aunque el consumidor no sea
completamente consciente", añade.
Asimismo, el trabajo abre la puerta al desarrollo de nuevos fármacos que actúen como protectores gástricos una vez que se averigüe cuáles son los antocianos más implicados en los beneficios observados.
Fuente: elmundo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario