La cena después del entrenamiento debe ser una comida ligera pero que aporte todos los nutrientes y energía necesaria. Podemos probar con una ensalada completa, en la que verduras y hortalizas aporten las vitaminas y minerales y donde no falten los hidratos de carbono y las proteínas.
Añadir proteínas a una ensalada es fácil, podemos hacerlo con pescado como el salmón, carne como la pechuga de pollo o huevo cocido. Y los hidratos es cuestión de gustos, podemos añadir arroz hervido a la ensalada o tomarnos a parte una patata cocida. De esta forma tendremos una cena completa y ligera, eso sí, cuidado con el aliño.
Si el entrenamiento nos ha desgastado mucho podemos añadir frutos secos para aumentar las calorías y antioxidantes, las nueces son un buen ejemplo. Y no olvidemos la hidratación, yo recomiendo simplemente agua, ya que bebidas azucaradas o con gas pueden complicar la digestión.
Que nos nos gustan las ensaladas, pues podemos optar por preparar una especie de potito batiendo varios alimentos: zanahoria, cebolla, patata, carne de pollo, pimiento…y añadiendo un chorrito de aceite de oliva y alguna especia nos quedará una cena completa, ligera y muy rápida de preparar, incluso podemos hacerla antes para no perder tiempo en prepararla al llegar a casa.
Si todavía nos hemos quedado con hambre podemos acabar con un yogur, algo de cereales y fruta. Este tipo de cenas siempre son más ligeras que los fritos o comida precocinada, nos van a aportar los nutrientes que el cuerpo necesita para recuperar y las podemos hacer en poco tiempo.
Fuente: vitonica.com
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