Los romanos conquistaron el centro y sur de Gran Bretaña - en donde actualmente se encuentran Gales e Inglaterra - formando la provincia de Britannia. En un principio, Escocia se llamó Caledonia, debido a la gran cantidad de pinos caledonios que había en la región. En esta región se asentaron los pictos, un pueblo que recibió ese nombre, al parecer, porque se pintaban el cuerpo. Además, en el norte de Escocia se establecieron los escotos o dalriadas, un pueblo de origen irlandés. En ese entonces existían dos reinos: el del oeste de Escocia (Scotland) y el reino picto del este, Alba.
La romanización de Escocia fue un periodo largo pero con algunas interrupciones. En total, Escocia estuvo ocupada por los romanos durante alrededor de 40 años, aunque la influencia latina sobre la región fue bastante más duradera.
La historia medieval de Escocia fue realmente extensa e intensa. Sin embargo, lo que más puede destacarse de esa etapa fueron las guerras por la independencia. De la mano de William Wallace, Escocia luchó por independizarse de Inglaterra, cuyo objetivo era anexar Escocia a su territorio.
La Edad Moderna comenzó en Escocia con el Rough Wooing o “cortejo violento” (1544 - 1551), una serie de ofensivas militares por las cuales Inglaterra pretendía forzar un casamiento entre María I Estuardo y Eduardo VI de Inglaterra, cosa que no se logró.
Otros hechos importantes en la historia moderna de Escocia fueron la Reforma Protestante - encabezada en Escocia por figuras como John Knox - y las influencias en el país de la Revolución Industrial y las Guerras Mundiales.
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