jueves, 26 de agosto de 2010

Mejillones saludables

Los mejillones apenas aportan calorías a nuestra dieta y, en cambio nos aportan una buena cantidad de minerales como: calcio, hierro, magnesio, potasio, fósforo y sobre todo yodo.

Y el yodo es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides. Ayuda al crecimiento, mejora la agilidad mental, quema el exceso de grasa y desarrolla correctamente las uñas, cabello, piel y dientes. La carencia de yodo da lugar al bocio, en el que la glándula tiroides aumenta de tamaño de forma espectacular.

También son una buena fuente de vitamina A, C, E y vitaminas del grupo B como la B1, la B2, la B6 y sobre todo vitamina B12 (Cobalamina).

La vitamina B12 es de difícil absorción y necesita un enzima gástrico para ello. Su mala absorción causa anemia perniciosa.

La vitamina B12 sólo se encuentra en alimentos de origen animal. Es necesaria para el normal funcionamiento de todas las células. Participa también en la síntesis de ácido nucleico. Y nuestras necesidades diarias son de 2 µg/ día.

Su carencia, además de anemia megaloblástica, puede producir glositis y síndrome neurológico.

El Mejillón (Mytilus edulis) es un pequeño marisco de concha alargada y estriada, de un tono azulado más o menos oscuro. Se le conoce también con el nombre de mojojón, mocejón, ligerón o macillón. Se captura en su hábitat natural (mejillón de roca), o se obtiene de la mitilicultura o cría, bien en bateas o llanos. La cría en bateas consiste en colocar filas alineadas de estacas de madera. Este sistema es común en el Mediterráneo y las Rías Bajas gallegas y da lugar a mejillones de pequeño tamaño pero muy carnoso. España es un gran productor gracias a esta forma de cultivo. La cría en llano se practica en el mar del Norte.

En España se comercializa además el mejillón de labio verde procedente de Nueva Zelanda y el mejillón denominado dátil de mar, más alargado y muy sabroso, de Portugal. Otras especies destacables son el mejillón californiano (Mytilus californiensi), de las costas del Pacífico hasta el sur de Alaska; el mejillón rubio o mediterráneo (Mytilus galloprovincialis), del Mediterráneo y el Atlántico, que puede medir hasta 8 centímetros de largo; el mejillón barbudo (Modiolus barbatus), que presenta una barba oscura que puede llegar a medir 6 centímetros y que se localiza en el Mediterráneo y en el Atlántico; y el mejillón bastardo o gran mejillón (Modiolus modiolus), con un gran tamaño pero de calidad inferior al resto.

Los mejillones son una fuente natural de Ácidos grasos Omega-3

Junto con las proteínas y los hidratos de carbono, las grasas o lípidos completan la triada de nutrientes más importantes para el organismo. Y su función es fundamental para la vida ya que nos sirven como almacén de energía, nos protegen del frío, constituyen las membranas celulares, son responsables de la elasticidad de la piel y además intervienen en el normal desarrollo del sistema nervioso central, en la regulación de la presión sanguínea, en los mecanismos de defensa del sistema inmune, en las reacciones inflamatorias y en la acción de determinadas hormonas.

Grasas que están básicamente compuestas por ácidos grasos, es decir, moléculas constituidas por una unión de átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno que, atendiendo al número de dobles enlaces, pueden ser saturadas, cuando no contienen ninguno, como la mantequilla e insaturadas que, a su vez, se dividen en monoinsaturadas, cuando tienen un solo enlace doble, como el aceite de oliva y poliinsaturadas, los que tienen dos o más dobles enlaces.

Pues bien, a este último tipo es al que pertenecen, entre otros, los ácidos grasos esenciales Omega-3. Y se les llama esenciales porque nuestro organismo no los fabrica y, por lo tanto, debemos ingerirlos con la alimentación. El principal ácido graso omega-3 es el alfalinolénico, así como sus metabolitos, el eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA).

Los ácidos grasos poliinsaturados Omega 3 están poco presentes en la dieta occidental moderna y esa escasez es, en buena medida, la causa de múltiples dolencias. Porque, entre otras muchas cosas, reducen los niveles de triglicéridos y de colesterol en sangre y bajan la tensión elevada. Y esta es la razón por la cual su consumo es fundamental para aquellos individuos con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, sea por su condición genética (hipercolesterolemia familiar), nutricional (obesidad) o patológica (diabetes).

Uno de sus metabolitos, el ácido docosahexaenoico (DHA), está además directamente relacionado con la buena salud cerebral así como con el desarrollo infantil. De hecho, durante la gestación el feto recibe de la madre importantes cantidades de este ácido graso, especialmente en el último tercio del embarazo, etapa en la que se desarrollan el cerebro y los órganos visuales. Y si bien el requerimiento disminuye después del parto, sigue siendo importante durante la lactancia. De lo que se desprende que las mujeres embarazadas, los recién nacidos y los lactantes son quienes más precisan un consumo suficiente de los mismos.

Al vapor, al horno, guisados, rebozados, con arroz, o de mil formas distintas, los mejillones son un alimento sano, nutritivo, sabroso y económico. Los mejillones son mucho más que un aperitivo irresistible. Son un sabroso primer plato o un suculento segundo.

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