lunes, 30 de agosto de 2010

Escocia

El territorio sobre el que se asienta Escocia en la actualidad recibió el nombre de Caledonia tras la invasión romana. Con excepción de los pictos, los antiguos caledonios no aparecen mencionados en ninguno de los documentos históricos existentes.

Los pictos resistieron con éxito la conquista de los romanos, cuyo general Cneo Julio Agrícola dirigió la primera invasión de Caledonia en el siglo I d.C.

Los pictos de la frontera, a los que probablemente se unieron grupos de britanos rebeldes, desafiaron tenazmente la soberanía romana en la región situada entre los firths de Forth y Clyde. En el año 122 d.C., el emperador romano Adriano ordenó la construcción de un terraplén defensivo que se extendió desde el firth de Solway hasta la desembocadura del río Tyne. Aún existen partes de este terraplén, que ha sido llamado muralla de Adriano y declarado Patrimonio de la Humanidad.

Tras la retirada romana de Britania, acontecida en el año 409 d.C., los pictos atacaron sistemáticamente los territorios de sus vecinos celtas del sur, los brigantes, que rechazaron estos ataques con la ayuda de los sajones.

A comienzos del siglo VI, los escotos, invasores celtas procedentes del norte de Irlanda, ocuparon la región adyacente (el actual Argyll) y establecieron el reino conocido históricamente como Dalriada.

A mediados del siglo VI los anglos, un pueblo relacionado con los sajones, invadieron la mayor parte de Caledonia al sur del firth de Forth y al este de Strathclyde (las actuales regiones de Lothian y Borders). Esta región, junto a las extensas posesiones anglosajonas al norte de lo que actualmente es Inglaterra, se convirtió en parte del reino inglés de Northumbria. En el 563 d.C., durante el periodo de penetración del pueblo anglo en Caledonia, san Columba, un misionero irlandés que llegó a Dalriada procedente del norte de Irlanda, difundió el cristianismo entre los pictos.

Alrededor del año 730 d.C. Angus MacFergus, rey de los pictos, sometió Strathclyde y Dalriada. Hubo una paz relativa hasta el siglo VIII, cuando los pueblos vikingos procedentes de Escandinavia comenzaron a hacer incursiones en las costas de Caledonia. En el 884 d.C. Kenneth MacAlpine, rey de Dalriada y más tarde de Escocia, obtuvo la corona del país de los pictos. Ambos reinos, conocidos oficialmente como Alban, abarcaban todo el territorio situado al norte de los firths de Forth y Clyde.

En el siglo X los reyes de Alban, tras rechazar a los vikingos, atacaron repetidamente los puestos avanzados de Northumbria, territorio que ocuparon durante el reinado de Malcolm II Mackenneth (1005-1034) tras la decisiva batalla de Carham (1018). Como resultado de este hecho y de que Duncan I, nieto y sucesor de Malcolm, heredara la corona de Strathclyde, sus dominios (a partir de entonces conocidos como Escocia) se extendieron por todo el territorio al norte del firth de Solway y el río Tweed. El reinado de Duncan finalizó en 1040, año en que fue asesinado por el administrador de Ross y Moray, Macbeth, que entonces se convirtió en el rey de Escocia. Macbeth es más conocido por la ‘tragedia escocesa’ que lleva su nombre, una dramatización de su vida que escribió William Shakespeare. No obstante, los hechos históricos indican que su reinado fue próspero y que mantuvo el trono hasta 1057, año en que fue derrotado y asesinado por el hijo de Duncan, Malcolm Canmore.

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