La Organización Mundial de la Salud, UNICEF y las autoridades sanitarias españolas y autonómicas, recomienda el uso habitual de la sal yodada en la preparación de las comidas y la ingesta de alimentos ricos en yodo.
Las necesidades de yodo varían a lo largo de la vida y son mucho más importantes durante el embarazo y la lactancia. La sal común y la sal marina no contienen yodo, siendo la sal yodada la única que contiene este elemento. La carencia del yodo durante el embarazo repercute directamente en su curso y en el desarrollo intelectual del bebe.
Las mujeres embarazadas y en período de lactancia deben completar su dieta con medicamentos yodados (200 mcg/día), deben empezar a tomarlos cuando panifican el embarazo. Así mismo, los padres de niños que comen en los comedores escolares deberían pedir que en ellos se utilicen exclusivamente sal yodada en la elaboración de los alimentos, mientras que en casa lo podremos hacer sin ningún problema.
Fuente: vitonica.com
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