Porque tradicionalmente, cada año sus habitantes se visten de blanco y se reúnen en el vecino Monte de Bilibio para arrojarse unos 45.000 litros de vino tinto empleando botellas, botas, sifones, pistolas de agua y lo que cada uno tenga a mano para rociar sobre los demás participantes los vinos de la región, cuya cepa emblema es el Tempranillo, según informa Siete Semanal .
A primeras horas de la mañana comienza el tradicional combate entre quienes suben al monte. Después de un par de horas de bañarse literalmente en vino, todos vuelven al pueblo a almorzar los típicos caracoles, aunque se supone que a esta altura más de uno los acompañará con otras bebidas. Como dato curioso para agregar, desde hace 5 años se celebra en paralelo una "Batalla del Vino Infantil" que, para evitar que finalice con un batallón de niños ebrios, se realiza con vino sin alcohol.
Fuente: lanacion.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario