Un informe de Wine Intelligence presentado durante la última London Wine & Spirits Fair sobre el consumo de vino entre los jóvenes explica cuáles son las mejores estrategias de marca para que se sientan tentados a comprar este producto.
La consultora Wine Intelligence (www.wineintelligence.com) hizo un estudio entre los Millenials - los consumidores menores de 35 años - en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Australia. Señaló que en Australia hay 3,6 millones de jóvenes que beben vino regularmente, en Canadá 5 millones, en EEUU 15,5 millones y en Canadá 6,5 millones.
La caracterización indica que estos consumidores son de beber poco o medianamente, que buscan mucho las recomendaciones y que están pendientes del precio.
¿Qué influencia su compra?
En primer lugar, las recomendaciones por parte de amigos y familia, asegura el informe. En segundo puesto, la variedad de uva; las ofertas y promociones, especialmente en Reino Unido, se encuentra como tercera influencia. Para el conocimiento de marca reservan el cuarto lugar mientras que el país de origen del vino queda en quinto y último.
En todos los casos, el diseño del packaging es muy importante para los compradores jóvenes.
Entre las razones que constituyen sus principales "frustraciones" en relación a esta bebida se cuentan: "falta de conocimiento, falta de descripción y selección de esta bebida en el on trade y selección demasiado amplia de vinos, que los confunden".
Diseño de marca: tips a tener en cuenta
El informe indica que existe una paradoja para los Millenials a la hora de decidirse por una etiqueta. Mientras que muchos de ellos optan por la etiqueta moderna, elegida por su diseño atractivo, otros eligen las etiquetas clásicas porque las modernas todavía tienen mucho terreno que ganar en cuanto a confianza de cómo es el producto.
Sin embargo, fue más alta la apreciación que hicieron los consumidores jóvenes de las etiquetas modernas, en relación a lo atractivo del estilo, pero también a las expectativas de precio y calidad de producto. Quienes escogieron la etiqueta tradicional, lo hicieron para sentirse "más a salvo" en una categoría de bebidas aún no familiar para ellos, como el vino.
Lo que hay que hacer y lo que noLo que sí
- Tratar los vinos blancos y tintos como bebidas diferentes, ya que raramente son intercambiables.
- Invertir en entrenar personal para darle a estos consumidores una información sólida, pero de manera gentil.
- Tener una contra-etiqueta con notas simples y directas sobre cómo degustar y con qué comidas beber ese vino.
Lo que no
- Utilizar etiquetas demasiado modernas, ya que éstas no reaseguran la calidad y solidez de producto.
- Confiar sólo en las redes sociales para comercializar la marca.
- Lanzar promociones por Smartphone, tal vez todavía no sea tiempo.
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