jueves, 24 de junio de 2010

Antídoto contra el frío

La sopa fue, desde siempre, un plato relacionado con la saciedad y la salud. Y no hay comida que simbolice más un antídoto culinario contra el frío invernal que este plato.

Por eso, para recibir estos primeros días del invierno nada mejor que cinco deliciosas recetas de sopa.

Los alemanes fueron los primeros en adoptar la palabra sopa, ellos la llamaban suppe, que significa “pedazo de pan que se moja en un líquido”. La razón de este término hay que buscarla allá lejos, cuando los bocados eran panes primitivos que al secarse como piedras requerían de una sopa para no desperdiciarse. Esos panes se hinchaban y aumentaban la sensación de saciedad.

Pero se puede ir aún más atrás en el túnel del tiempo y llegar a los orígene de la sopa, allá por el fin de la era cuaternaria, cuando se maceraban trozos de vegetales y de animales. Eran tan secos y duros que partían la dentadura; por eso, los ablandaban en agua caliente. Luego, se bebía el caldo, que gracias a las cocciones prolongadas protegía de intoxicaciones y proporcionaba las virtudes de lo que en ellos se cocinaba. Rápidamente los hombres aprendieron que ese líquido humeante les aportaría mucho. Y así la fueron preparando y modificando, según su terruño.

Hoy, existen sopas de todo tipo, sabor y color. Cada pueblo tiene alguna que lo identifica, aunque por suerte, borradas las fronteras, es posible probar en estos pagos un delicioso borsch polaco o una crema de hongos, de inspiración francesa, como las que propone Gonzalo Vidal (chef del restaurante Lola). Este cocinero comenta que las sopas claras son caldos a base de vegetales, de pescado (de espinazos y cabeza de pescados magros, a los que se les puede agregar carcasas de molusco), de carnes (que pueden hacerse con vegetales y huesos) y de aves, que aceptan gustosas otros ingredientes, como fideos y arroz. Por otro lado, están las más sustanciosas, conocidas como sopas oscuras o cremosas, que se hacen usando purés de verduras y/o de legumbres, en reemplazo de cremas, salsa bechamel y otro tipo de harinas. En cualquier caso, las sopas dejaron de ser un castigo para convertirse en el comienzo de un buen menú… ¡a probarlas!

Fuente: clarin.com

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