Un corcho que encoje: A nivel mundial, cerca de 11.300 millones de tapones corchos fueron utilizados para vino el año pasado, una reducción de 3,5% respecto a 2008. Mientras, el uso de tapones alternativos ascendió a 6.000 millones. Esas estimaciones, proporcionadas por la federación francesa de sindicatos del corcho, confirman la pérdida de su dominio casi total sobre el mercado del vino hasta hace unas décadas. "La porción del mercado de los tapones de corcho ha disminuido a nivel mundial", reconoció en diálogo con BBC Mundo Jean-Marie Aracil, directivo de la federación, que lanzó la campaña. Según Aracil, el fenómeno es impulsado desde los países del "nuevo mundo" de la vinicultura, especialmente por los anglosajones -como Nueva Zelanda- aunque también por productores de América Latina. Sin embargo, desde hace algunos años el uso de tapones alternativos al corcho también se extendió a países del "viejo mundo" del vino como España, Italia y la misma Francia, incluso en algunos grand cru de regiones tradicionales.
A favor y en contra: Los franceses suelen mirar con recelo ciertos cambios, sobre todo cuando se trata de asuntos que asocian a su cultura, y los tapones del vino parecen ser parte de eso. Una encuesta encargada especialmente para la campaña concluyó que una amplia mayoría del 89,3% de los franceses- prefieren los tapones de corcho. Según el estudio, realizado por la empresa IPSOS en abril, cuatro de cada cinco franceses creen que el corcho es señal de calidad en un vino. Aunque no faltan expertos que discrepan con esa noción. El francés Michel Rolland, considerado uno de los enólogos más influyentes del planeta, dijo a fines de 2008 que le "gustaría ver una solución para cambiar el corcho".
Fuente: bbc.co.uk
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