A primera vista, conducir una bicicleta y tomar vino pueden ser dos actividades que a la larga no se lleven bien. Pero en la República Checa (este de Europa), parecen ser absolutamente complementarias. Y de hecho existe todo un circuito de ciclorutas que permiten recorrer la región de las bodegas.
Los once recorridos, que fueron desarrollados dentro del proyecto Rutas del Vino de Moravia (sur del país), tienen un largo total de 1200 kilómetros y unen las ciudades de Znojmo y Uherské Hradistì, según informa Czech.
Los turistas cuentan en cada poblado con la información necesaria para orientarse en cada ruta. La más corta tiene un largo de 26 kilómetros y la más larga alcanza los 300 kilómetros.
Fuente: lanacion.com
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