Parece ser que Suecia es la cuna del Glögg, pero la tradición ha ido creciendo y adoptando mayor geografía, sobre todo en las zonas más frías, ya que este ponche con vino ayuda a entrar en calor. Es ideal acompañarlo con almendras, galletas de jengibre o de canela o bollitos de pasas y azafran, y la costumbre es tomar sólo una copa para lograr su cometido.
Su elaboración es sencilla y ofrece muchas variantes, siempre pensando en satisfacer el paladar, pero los ingredientes básicos para aromatizar el vino son canela, clavo, miel o azúcar, piel de naranja y de limón… algunas variantes admiten cambiar el vino tinto por vino blanco y especiar la bebida con pimienta negra, cardamomo o jengibre.
Te propongo una elaboración:
1 litro de vino, 10-12 clavos de olor, 10-12 semillas de cardamomo, 1 trocito de jengibre fresco, 1 ramita de canela, 2-3 trocitos de piel de naranja seca (sin la parte blanca) y azúcar o miel al gusto.
Lo ideal es dejar todos los ingredientes macerando la noche anterior y antes de servirlo, calentar a fuego lento hasta que el azúcar o la miel se disuelva, dejar reposar en caliente unos 5 o 10 minutos y listo. Se puede colar antes de servirlo e incluso dejar las especias incorporando además unas almendras o unas uvas pasas.
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