Hay cierta tendencia a excederse con las proteínas en la dieta.
Ya sea por mala planificación dietética, seguimientos de dietas
proteicas para adelgazar o muscular. En personas sedentarias se
recomienda consumir 0,8-1 gramos de proteínas por kilogramo de peso
(0,8-1 g/kg/día), mientras que en deportistas, sobre todo aquellos que
quieren aumentar su masa muscular, se aceptan hasta 2-2,5 g/kg/día.
Aunque en momentos puntuales nuestra dieta no se adapte a esos valores, un exceso de proteínas prolongado en el tiempo conlleva riesgos para la salud.
Ojo, una dieta hiperproteica no significa basada en proteínas. Se puede
tener una dieta con mayor aporte de hidratos y grasa siendo aún así
hiperproteica por la cantidad que consumimos respecto a nuestro peso
corporal.
Consecuencias metabólicas del exceso de proteínas
Cuando hay un exceso de proteínas, el cuerpo no tiene la opción de
almacenarlas como ocurre con la grasa (ya nos gustaría a nosotros…). No
queda otra que eliminar el exceso de proteínas, que por
un lado supone una alteración metabólica al disminuir el pH y por otro
la sobrecarga de algunos órganos vitales para contrarrestar esa bajada
de pH y la eliminación de catabolitos.
Al oxidar los aminoácidos de las proteínas para eliminarlos, aumenta la concentración plasmática de amonio (NH4+),
un metabolito tóxico que altera el pH y lo vuelve ácido. Este es el
gran problema de las proteínas, que acidifican el medio afectando a
funciones neuronales, cardiovasculares y respiratorias.
El organismo reacciona a la toxicidad del amonio y por un lado en el hígado este compuesto se transforma en urea, menos tóxico pero que de todas formas hay que eliminar. Ahora le toca el turno al riñón, que no le queda otra que aumentar el volumen de orina
reteniendo más agua para poder eliminar este exceso de urea y amoníaco.
Esto conlleva cierto grado de deshidratación, con lo que si a una dieta
alta en proteínas le sumas baja hidratación, mal se lo estás poniendo a
tu cuerpo.
Por otro lado este amonio también se neutraliza con fosfatos para
poder excretarlo, en concreto con fosfato cálcico, ya sea del calcio
procedente de la dieta o directamente del propio hueso, por lo que puede
haber riesgo de descalcificación ósea. Esto tiene consecuencias inmediatas, sobre todo en el deportista: riesgo de fractura.
En resumen: el exceso de proteínas ocasiona un descenso del pH que lleva al organismo a desplegar mecanismos que alteran el metabolismo, las funciones hépática, renal y ponen en riesgo la salud de nuestros huesos. También hay alteraciones hormonales debido la acidosis del medio. Un mal menor, aunque molesto, es el fuerte olor a amoniaco que desprende el sudor o el aliento.
Frutas, hortalizas y lácteos son imprescindibles en una dieta hiperproteica
Os habréis dado cuenta que hasta ahora hemos puesto como principal
problema de la dieta hiperproteica la disminución en el pH. Cualquiera
que sepa algo de química pensará que entonces si comemos almientos que generen ambiente básico o alcalino, todo solucionado porque se equilibra. Aunque no es tan simple como eso, algo hay de cierto.
El exceso de carnes y pescados son los mayores responsables de que se produzca la acidosis.
En cambio, las frutas, hortalizas y lácteos (excluyendo quesos) son
alimentos que podemos considerar básicos o alcalinos. Digamos que estos
alimentos van a ser los amortiguadores de los efectos secundarios de la
dieta hiperproteica. Demostrado está que incluir 4-9 raciones de frutas y
hortalizas al día va a reducir la excreción de calcio por orina, uno de
los problemas antes nombrados.
La dieta considerada occidental ya se está viendo
que tiende a ser hiperproteica, al menos para lo que la mayoría de la
población necesita. Sus efectos secundarios se hacen notar por un
aumento en el consumo de carnes y encima un descenso en frutas y
hortalizas, que podría paliar los efectos.
El ácido úrico, otro problema de las dietas hiperproteicas
Si pensabas que con comer frutas y hortalizas el problema del exceso
de proteínas quedaba solucionado, nada de eso. Todavía queda el turno
del ácido úrico. Una dieta hiperproteica basada en productos cárnicos
conlleva una elevación en los niveles de purinas.
El problema de las purinas es que cuando se metabolizan en el interior de las células se convierten en ácido úrico, un metabolito que corre el riesgo de cristalizar
dentro de las articulaciones ocasionando lo que conocemos como gota.
También puede ocasionar formación de piedras o cálculos a nivel de las
vías urinarias (algo realmente incómodo).
¿Qué pasa con los suplementos de proteínas?
Alguna vez hemos dicho que si llevamos una alimentación adecuada, la dieta puede bastar para cubrir tus necesidades proteicas.
Eso no quita para que en determinados deportes o épocas de
entrenamiento intenso se pueda recurrir a ellos para asegurar las
proteínas diarias o que estas sean de un alto valor biológico. Hay que
reconocer que tomar suplementos es más cómodo que planificar una buena
dieta, sobre todo si no se tienen muchos conocimientos.
Con los suplementos de proteínas nos quitamos el problema del ácido úrico
que pueden ocasionar las dietas hiperproteicas a base de carne. Aunque
si nos seguimos pasando de rosca con las proteínas al tomar
suplementos, aquellas que provienen en la dieta de carne y pescado nos
pueden ocasionar la acidosis que ya hemos comentado anteriormente.
Conclusiones sobre las dietas hiperproteicas
Fuente: vitonica.com
En Vitónica | Necesidades proteicas según deportistas
En Vitónica | Efectos secundarios de una dieta excesiva en proteínas
Imagen | floresyplantas.net, FotoosVanRobin
En Vitónica | Efectos secundarios de una dieta excesiva en proteínas
Imagen | floresyplantas.net, FotoosVanRobin
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