También había en el lugar un negocio de ramos generales, atendido por el encargado del hotel, en el que se abastecían los pobladores.
Cuenta Clotilde Carmoney, memoriosa vecina, que cuando eran chicos vivían en “selvana” (a diez cuadras del cruce, camino a Villa La Angostura) y tenían que ir a comprar a este almacén que quedaba del otro lado del río; entonces con tiros avisaban su llegada y el encargado del almacén les tomaba el pedido (a gritos) y se los alcanzaba cruzando en bote.
En 1950, el hijo de Primo Capraro, Francisco, Construyó el actual Hotel Correntoso, utilizando como material novedoso bloques de arena volcánica para su estructura.
Tenía capacidad para 70-80 personas. El personal era traído desde Bariloche y entre ellas se encontraban suizas que con su experiencia hotelera formaron profesionalmente a muchas de las personas que hoy trabajan en turismo.
Las empresas de turismo como Villalonga y Exprinter desde Buenos Aires organizaban excursiones a pequeños grupos que permanecían dos o tres días. Llegaban en tren hasta Jacobacci, de allí se los trasladaba en automóvil hasta Bariloche y luego los embarcaban hasta el hotel.
En el cerro ubicado detrás del hotel, se erige un busto levantado por los vecinos en memoria de Primo Capraro, al cumplirse en 1953 el cincuentario de la llegada a la zona del principal promotor del desarrollo regional.
En el año 2003 reabrió sus puertas manteniendo la prestancia que lo caracterizó desde siempre.
Fuente: avillalaangostura.com.ar
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