Durante marzo hacen su aparición los membrillos, frutos aptos para conservas y dulces que se pueden guardar y disfrutar durante todo el año.
Algunas variedades de membrillos pueden comerse crudas, pero en general como su carne es áspera, suelen consumirse cocidos o en confitura o almíbar.
De su nombre en portugués "marmelo" deriva la palabra mermelada y desde lejanas épocas estos frutos participaron en la preparación de jaleas, mermeladas y dulces, dado el alto contenido de pectina, una sustancia mucilagenosa contenida en sus semillas y piel, que actúa como gelatinizante de tales conservas.
Dentro de los dulces, el más codiciado es el llamado dulce de membrillo en pan que puede comerse después de las comidas a modo de postre acompañado con queso mantecoso y galletas.
Su preparación casera es bastante sencilla. Sólo hay que conocer algunos trucos para darle el punto justo y el color deseado.
Para la receta básica se necesita: membrillos, agua y azúcar.
Lavar los membrillos para quitarles la pelusa y cocinarlos sin pelar hasta que que estén tiernos. Dejarlos enfriar, pelarlos, quitarles el corazón y procesarlos.
Pesar esta pasta y, según su peso, agregarle la misma cantidad de azúcar.
Colocar en una cacerola de teflón y llevar a fuego fuerte. Revolver con una cuchara de madera y cocinar hasta que comienza a tomar un brillo transparente y a pegarse en las paredes de la cacerola.
Esto indica que está a punto.
Retirar y colocar en moldes descartables o en platitos de vidrio.
Espolvorear con azúcar y dejar reposar por dos día.
Pasado este tiempo dar vuelta los pancitos, volverles a espolvorear azúcar y dejar reposar por dos días más.
Luego desmoldarlos y colocarlos en una rejilla y en un ambiente seco y fresco para que se oreen. Mantenerlos así por tres días.
Retirarlos y envolverlos en papel celofán o manteca y guardarlos en un ambiente seco.
Durante la preparación de esta receta básica se pueden poner en práctica algunos trucos para darle al dulce de membrillo en pan diferentes tonos, sabores y calorías.
-La cáscara de estas frutas contiene sustancias que otorgan color al agua de la cocción. Mientras más tiempo se dejen los membrillos en ella obtendrán un mayor tono oscuro.
-Para que el dulce tenga un color rubio se debe retirar los membrillos del agua de la cocción inmediatamente después de haber retirado la olla del fuego. Luego pelarlos y procesarlos.
-Para que adquiera un color intermedio, dejarlos en el agua de la cocción hasta que la misma esté tibia. Luego retirarlos, pelarlos y procesarlos.
-Para que tome un tono bien oscuro, dejar los membrillos en el agua de la cocción hasta que la misma se haya enfriado por completo. Retirarlos, pelarlos y procesarlos.
-Para obtener un dulce en pan fino y sin asperezas, pasar la pasta por un sedazo antes de llevarla al fuego. Si se quiere uno un tanto rústico y con ciertos grumitos, obviar este paso.
-Mientras se procesan los membrillos se pueden agregar distintos ingredientes para darle al dulce en pan un sabor diferente: gotitas de esencia de vainilla; granos de pimienta negra; canela en polvo; trocitos de chocolate; manzana rallada, entre otros.
-Para un dulce de membrillo en pan con menos calorías agregar por cada kilo de pasta, medio kilo de azúcar negro (es menos calórico que el blanco) y 25 g de gelatina sin sabor.
-El dulce nunca se debe cocinar en cacerolas enlozadas, de aluminio o acero inoxidable, ya que estos materiales hacen que el azúcar se cristalice y no se disuelva por completo. Una paila de cobre, una olla de hierro o una de teflón son ideales para la cocción del dulce de membrillo en pan.
Fuente. José Martín, chef
Algunas variedades de membrillos pueden comerse crudas, pero en general como su carne es áspera, suelen consumirse cocidos o en confitura o almíbar.
De su nombre en portugués "marmelo" deriva la palabra mermelada y desde lejanas épocas estos frutos participaron en la preparación de jaleas, mermeladas y dulces, dado el alto contenido de pectina, una sustancia mucilagenosa contenida en sus semillas y piel, que actúa como gelatinizante de tales conservas.
Dentro de los dulces, el más codiciado es el llamado dulce de membrillo en pan que puede comerse después de las comidas a modo de postre acompañado con queso mantecoso y galletas.
Su preparación casera es bastante sencilla. Sólo hay que conocer algunos trucos para darle el punto justo y el color deseado.
Para la receta básica se necesita: membrillos, agua y azúcar.
Lavar los membrillos para quitarles la pelusa y cocinarlos sin pelar hasta que que estén tiernos. Dejarlos enfriar, pelarlos, quitarles el corazón y procesarlos.
Pesar esta pasta y, según su peso, agregarle la misma cantidad de azúcar.
Colocar en una cacerola de teflón y llevar a fuego fuerte. Revolver con una cuchara de madera y cocinar hasta que comienza a tomar un brillo transparente y a pegarse en las paredes de la cacerola.
Esto indica que está a punto.
Retirar y colocar en moldes descartables o en platitos de vidrio.
Espolvorear con azúcar y dejar reposar por dos día.
Pasado este tiempo dar vuelta los pancitos, volverles a espolvorear azúcar y dejar reposar por dos días más.
Luego desmoldarlos y colocarlos en una rejilla y en un ambiente seco y fresco para que se oreen. Mantenerlos así por tres días.
Retirarlos y envolverlos en papel celofán o manteca y guardarlos en un ambiente seco.
Durante la preparación de esta receta básica se pueden poner en práctica algunos trucos para darle al dulce de membrillo en pan diferentes tonos, sabores y calorías.
-La cáscara de estas frutas contiene sustancias que otorgan color al agua de la cocción. Mientras más tiempo se dejen los membrillos en ella obtendrán un mayor tono oscuro.
-Para que el dulce tenga un color rubio se debe retirar los membrillos del agua de la cocción inmediatamente después de haber retirado la olla del fuego. Luego pelarlos y procesarlos.
-Para que adquiera un color intermedio, dejarlos en el agua de la cocción hasta que la misma esté tibia. Luego retirarlos, pelarlos y procesarlos.
-Para que tome un tono bien oscuro, dejar los membrillos en el agua de la cocción hasta que la misma se haya enfriado por completo. Retirarlos, pelarlos y procesarlos.
-Para obtener un dulce en pan fino y sin asperezas, pasar la pasta por un sedazo antes de llevarla al fuego. Si se quiere uno un tanto rústico y con ciertos grumitos, obviar este paso.
-Mientras se procesan los membrillos se pueden agregar distintos ingredientes para darle al dulce en pan un sabor diferente: gotitas de esencia de vainilla; granos de pimienta negra; canela en polvo; trocitos de chocolate; manzana rallada, entre otros.
-Para un dulce de membrillo en pan con menos calorías agregar por cada kilo de pasta, medio kilo de azúcar negro (es menos calórico que el blanco) y 25 g de gelatina sin sabor.
-El dulce nunca se debe cocinar en cacerolas enlozadas, de aluminio o acero inoxidable, ya que estos materiales hacen que el azúcar se cristalice y no se disuelva por completo. Una paila de cobre, una olla de hierro o una de teflón son ideales para la cocción del dulce de membrillo en pan.
Fuente. José Martín, chef
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