viernes, 6 de agosto de 2010

El embajador de Johnnie Walker dejó sus secretos en Córdoba


Juan Carlos Baucher, “embajador de la marca Johnnie Walker” en la Argentina, visitó Córdoba para ofrecer una serie de catas personalizadas. Recorrió Río IV, Villa María, Villa General Belgrano y Córdoba Capital, ilustrando sobre las diferencias entre las distintas etiquetas y compartiendo la historia de la empresa.

Nacida en 1829 en Escocia, de la mano del comerciante de víveres, té y vinos John Walker, la marca del “caminante” adquirió prestigio por la habilidad del fundador en la combinación de maltas.

El arte se transmitió de generación en generación. Cien años después se lanzan al mercado las etiquetas “roja” y “negra”. Y en distintas ocasiones especiales se suman luego la “dorada”, “azul” y “verde”.

En la actualidad, siete millones de barricas maduran año tras año en las destilerías de la firma en Escocia.

¿Quiere saber cuál es cual? Aquí vamos con algunas referencias que dejó el embajador del scotch:

  • Johnnie Walker Red Label: típico blend escocés, compuesto por treinta y cinco maltas. Se lo describe como robusto y joven, y se sugiere servirlo en vaso de trago largo mezclado con Coca Cola, ginger ale, tónica, soda o agua.
  • Johnnie Walker Black Label: se hace con 40 maltas de al menos 12 años de añejamiento. Es el whisky más premiado en su categoría, de carácter “profundo y complejo”. De color oro intenso, sus aromas se describen con notas de frutas frescas, pasas de uvas, vainilla, cáscaras de naranjas y aceites cítricos, a la vez que ofrece texturas de ahumados y roble. La sugerencia es apreciarlo con hielo después de una comida y con el agregado de “un golpe de agua mineral para despertar sus aromas”.
  • Johnnie Walker Green Label: nacido en 1997 como el último hermano de la serie, el verde es el único blend de “pura malta” (y no de whiskies de grano, como el resto). Mezcla 15 variedades con 15 años de añejamiento. Su corazón aporta dulces matices de madera y sándalo y su cata se describe en paladar con una sensación de “ahumado suave y ajerezado”, de final fresco y limpio. Lo ideal es servirlo en copa de jerez.
  • Johnnie Walker Gold Label: surge de una selección de malta y whiskies de granos de un mínimo de 18 años de guarda. De color oro intenso, se expresa con “cremosidad” en el paladar, con tonos de pasas de uva, miel, almendra y mazapán. Para disfrutarlo de una manera original se sugiere congelar en el freezer la botella y servir en copas de champaña bien frías para abrir el sabor con los contrastes de temperatura. Ideal para acompañar un postre de chocolate amargo.
  • Johnnie Walker Blue Label: el top de la gama, nació en 1992 como homenaje a los pioneros. Está compuesto con 16 whiskies diferentes, algunos con má de 50 años de añejamiento. Es elaborado en cantidades limitadas y con botellas numeradas, dada la escasez y exclusividad de sus maltas. Su corazón proviene de la distintiva y poco común malta Royal Lochnagar. ¿El sabor? Tiene rastros de especias y chocolate oscuro. Su final en boca es muy largo con rastros de humo, tabaco y madera. Se recomienda servirlo en copa de coñac y acompañarlo con una copa de agua mineral bien fría.
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