Intranquilidad, nervios y hasta un poco de adrenalina se disparan en los momentos previos antes de ingresar a la sala. Pero una vez que la cortina se cierra detrás... un nuevo mundo, uno desconocido, te invita a entrar. La confianza y la fe queda depositada en el elenco de actores y chefs ciegos y videntes que componen el espectáculo gourmet musical en total oscuridad "A ciegas con luz".
Las dimensiones se tornan confusas, la inquietud de no ver absolutamente nada distorsionan los sentidos. "Comer con los dedos" es el concepto. Anímate, soltá los cubiertos, tocá, sentí, olé y conecta las sensaciones con los recuerdos. Dejá que los olores te transporten y te brinden información acerca de lo que estás a punto de saborear.
El menú está compuesto por 6 pasos. Cada uno de ellos es un desafío. Los valientes y desprejuiciados degustadores arrasan con lo que tienen en frente y los más miedosos tocan, huelen, prueban un poquito, y lo vuelven hacer una y otra vez. Abandonar los prejuicios es el reto.
Algunos cierran los ojos buscando una negrura conocida, familiar. Otros los dejan abiertos y enfrentan la noche. De repente un olor a café nos transporta a un momento, a un lugar. Un tango, un cafetín y un borracho nos sumergen en una historia para recordar con los sentidos. Las imágenes ya no ocupan el primer lugar en nuestros recuerdos. Este espacio cultural y gastronómico se almacena en la memoria a través del olfato, el tacto, el gusto y el oído.
Animarse a emocionarse, desarrollar la empatía y comprender desde un mismo lugar lo que sienten aquellas personas que no poseen el sentido de la vista, es un privilegio.
Fuente: viaresto.clarin.com
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